El hombre siempre ha necesitado comunicarse y, a lo largo del tiempo, ha dejado su huella por medio de dibujos artísticos plasmados en paredes, piedras y cuevas, representando escenas de su vida, figuras humanas y de animales a través de pinturas que pueden dar muestra de su pensamiento. Desde el punto de vista arqueológico, Córdoba siempre ha sido conocida por sus restos romanos e islámicos, pero también es rica en vestigios de su Prehistoria, prueba de ello es el reciente hallazgo, por parte del Grupo Espeleológico Kart-Oba, de unas pinturas rupestres en una cavidad de una zona de calizas del término municipal de Carcabuey, en las Sierras Subbéticas. Se trata del abrigo Fernando, de escasas dimensiones y en cuyas paredes se conservan restos de dos pinturas rupestres con pigmentación roja que, a falta de un estudio más detallado que pudiese arrojar datos más concretos sobre su cronología, podrían estar adscritas a la Prehistoria reciente.

Este yacimiento forma ya parte del conjunto de arte rupestre Esquemático (donde predomina la pintura sobre el grabado, se utilizan las gamas de rojo y ocre y las figuras quedan reducidas a trazos), común a las sierras Béticas de Andalucía, y en la provincia de Córdoba hay catalogados 47 sitios con grabados o pinturas prehistóricas, aunque Antonio Moreno Rosa, arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Cabra, eleva la cifra a unos sesenta.

Este yacimiento forma ya parte del conjunto de arte rupestre Esquemático (donde predomina la pintura sobre el grabado, se utilizan las gamas de rojo y ocre y las figuras quedan reducidas a trazos), común a las sierras Béticas de Andalucía, y en la provincia de Córdoba hay catalogados 47 sitios con grabados o pinturas prehistóricas, aunque Antonio Moreno Rosa, arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Cabra, eleva la cifra a unos sesenta.

Este yacimiento forma ya parte del conjunto de arte rupestre Esquemático (donde predomina la pintura sobre el grabado, se utilizan las gamas de rojo y ocre y las figuras quedan reducidas a trazos), común a las sierras Béticas de Andalucía, y en la provincia de Córdoba hay catalogados 47 sitios con grabados o pinturas prehistóricas, aunque Antonio Moreno Rosa, arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Cabra, eleva la cifra a unos sesenta.

La mayor parte de las pinturas rupestres en la provincia de Córdoba se hallan en pequeñas cavidades de escasa profundidad y se sitúan en las Sierras Subbéticas, especialmente en Cabra, Carcabuey, Priego y Zuheros, aunque también se registran algunos yacimientos en Sierra Morena, como los hallados en Pozoblanco o Belmez.

En acción | Trabajos en una cueva de Cabra. MORENO

Difícil de interpretar

Estas imágenes que nos han quedado de nuestro pasado son muy difíciles de interpretar, según señala Moreno, artífice del Catálogo de las Pinturas Rupestres en Córdoba, un encargo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. «Son la expresión gráfica de las ideas de los hombres de la Prehistoria y, aunque hay diversas teorías en el estudio de esta época, realmente no se sabe por qué estas pinturas están en esos abrigos y cuevas ni por qué pintaban», continúa el arqueólogo, que asegura que en la provincia de Córdoba lo que más se da es el arte rupestre Esquemático, perteneciente a la Prehistoria reciente (entre 5.000 y 7.000 años de antigüedad), que contrasta con el Naturalista del Paleolítico, aunque también hay algunos ejemplos de esta época en la Cueva del Calvario de Cabra, donde se puede ver una representación de figuras femeninas, y en la Cueva de Cholones en Priego, que se pueden datar hace 15 o 20.000 años.

«Las figuras, generalmente humanas, de ídolos o de animales cuadrúpedos, no se representan de un modo realista, sino con unas líneas básicas muy simples y lineales», continúa el arqueólogo, que asegura que «la mayoría de los investigadores no suelen entrar en su interpretación porque es un terreno muy resbaladizo y es muy fácil equivocarse».

Según el experto, el arte rupestre «no se trata con el mismo interés que otro tipo de vestigio arqueológico, a pesar de que cualquiera de estas manifestaciones son, por ley, Bien de Interés Cultural». Moreno lo achaca a que se ubican en un ambiente agreste y en lugares de difícil acceso y, salvo la cueva del Castillarejo de Luque y la Cueva de la Virgen Peñarroya, que están valladas, el resto no tiene ningún tipo de protección. En este sentido, el arqueólogo señala que «a veces, unas rejas pueden, incluso, llamar la atención», ya que son zonas por las que los excursionistas y senderistas pasan con frecuencia. «Realmente, estas pinturas se conservan gracias al azar, y aunque la mayoría de las personas suelen ser respetuosas, basta con que alguien coja un spray para hacer desaparecer pinturas que tienen 7.000 años», por lo que considera que «deberían estar más protegido», lo que no es fácil, ya que vallarlo todo «podría ser contraproducente», así que hay que encomendarse a la «concienciación ciudadana».

Hallazgo | Una de las grutas que encierran arte rupestre en Zuheros. CÓRDOBA

En Zuheros, por ejemplo, en el abrigo del Bailón, donde hay pinturas muy interesantes, es «casualidad» que hayan llegado hasta nuestros días sin ninguna afección, pero en cualquier momento puede pasar «una catástrofe», continúa el experto. Cuando se produce alguno de estos hallazgos, inmediatamente se comunica a la delegación Territorial de Córdoba de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta, que lo incorpora al catálogo de arte rupestre, lo que le da protección administrativa.

De los más de 60 yacimientos, tan solo algunos son visitables, como el de la Cueva de la Virgen de Peñarroya, el abrigo del Castillejo en Luque, y la Cueva de los Murciélagos de Zuheros. Los grupos y clubes espeleológicos son los que suelen hallar por azar estos yacimientos en sus tareas de exploración de cavidades, pero, según el experto, «en su mayor parte suelen ser abrigos de escasa profundidad, sin ningún tipo de sedimento, y el hallazgo se suele circunscribir a las pinturas en las paredes». Entre los yacimientos en los que estas figuras de miles de años se ven con más nitidez se encuentran la Cueva de la Murcielagina de Priego, la Cueva de los Murciélagos de Zuheros, La Covacha Colorá de Cabra, el abrigo del Tajo de Zagrilla de Priego y el abrigo de Sima del Palenzuelo de Carcabuey.

Carcabuey

Sima del Palenzuelo

En la parte final de este abrigo, se abre la entrada a la Sima del Palenzuelo, una importante cavidad donde se encuentran fragmentos de cerámica decorada, piedra pulida y restos óseos humanos, adscribibles al período Neolítico. En el abrigo, que tiene una altura de unos 8 metros, existe una amplia hornacina situada a la izquierda a unos 3 metros de altura, donde aparecen diversas figuras esquemáticas pintadas en color rojo: antropomorfos, barras, puntos, etcétea.

Zuheros

Cueva de los Murciélagos

Este yacimiento se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de las Sierras Subbéticas cordobesas. Consiste en dos grandes salas comunicadas en origen por un gran talud que albergan pinturas parietales y restos materiales que se remontan desde el Paleolítico hasta la Edad Moderna. Desde el año 2014 forma parte de las grandes cavidades de la península ibérica y gracias a las últimas excavaciones se conocen los hábitos de vida de sus habitantes, los artilugios que utilizaban e incluso qué comían, por los restos de animales y de cereales carbonizados. Del Paleolítico Medio, se encontraron en su interior restos de caza y de industria lítica desarrollada por el hombre de Neandertal que la habitó unos 35 000 años. De épocas posteriores se han encontrado hojas de sílex, colgantes, brazaletes, vasijas de barro, etc.). También se conserva un cadáver en una posición que indica un enterramiento.

Cabra

Covacha Colorá

El abrigo se abre al pie del tajo de mayor altura que se encuentra en la vertiente Este del Cerro de Camarena. En las paredes de su interior, aparecen pintados varias figuras antropomorfas y diversos signos, todos de característica esquemática.

Priego

Abrigo del Tajo de Zagrilla

Este yacimiento se encuentra en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas cordobesas. Se trata de un pequeño abrigo rocoso que contiene pinturas esquemáticas, en diferentes tonalidades de rojo muy bien conservadas y está protegido por una pequeña pared rocosa (de 3 metros) por sus pies. El abrigo domina un paso ganadero que conecta con la Nava de Luque y se levanta en los tajos más altos y en la pared más vertical.

Cueva de la Murcielaguina

En su interior se hallan pinturas murales, que por las agresiones sufridas resultan irreconocibles. Podría tratarse de un hábitat neolítico. Además de las pinturas hay restos de industrias líticas, cerámica a la almagra, incisa y en relieve.