Pese a vivir en Madrid desde hace años, Ginés Liébana siempre ha estado muy vinculado a la cultura cordobesa y a muchos de sus representantes, que en algunos casos disfrutan de su amistad . Es el caso de todos los que aquí resaltan la figura, tanto artística como humana, de este «genio divertido y entrañable». La poeta María Rosal no olvidará nunca los ratos que ha pasado junto a «uno de los grandes pintores contemporáneos en el que se resume todo lo clásico». «Me siento afortunada de haber podido compartir con él muchos momentos, siempre muy lúdicos y divertidos, como es él», continúa Rosal, que califica su poesía de «chispeante, que aúna las vanguardias con lo contemporáneo».

Por su parte, el presidente del Ateneo, Antonio Varo Baena, valora al artista como «una figura importante y fundamental de la cultura de Córdoba como escritor y como poeta», recordando que en 2016 la editorial Andrómina le publicó un volumen de versos de temática flamenca. Como pintor, Varo destaca «su imaginación desbordada y sus toques surrealistas», y en su faceta humana, igual que Rosal, no puede evitar hablar de «lo divertido» que es pasar un rato junto a él. El Ateneo tiene previsto rendir un homenaje al creador, aunque, como señala Varo, «quizá haya que esperar a después del verano, dada la crisis sanitaria que vivimos».

También el escritor Manuel Gahete conoce bien a Liébana, con el que ha pasado ratos «entrables». «Nos hacía dibujos y hasta nos daba ideas de decoración», recuerda Gahete, que además lo califica de «generoso y espléndido». «Es un hombre que no ha envejecido, se ha adaptado a su edad, pero nunca ha dejado de rodearse de esa gente joven que le da tanta energía», continúa el escritor, que, respecto a su pintura asegura que «nunca ha roto su vinculación con lo clásico».

En cuanto a su poesía, Gahete, considera que «ha creado su propio estilo literario, en el que la semántica no tiene nada que ver con la realidad y sobresale la búsqueda de lo absurdo», lo que «es una innovación que nos ha legado» y es «el momento de sacarla a la luz».

Otra persona que sabe mucho del artista centenario es Raúl Alonso, director de la editorial Cántico. «Es una personalidad artística y humanística de primer nivel», dice este editor, que también habla de «su gran complejidad», así como de «un perfil público con muchos matices», recordando su amistad con grandes figuras de la música y la cultura «Es imposible encontrar a alguien que hable más de Ginés», concluye Alonso.

Por último Miguel Carlos Clementson, director de la Escuela de Artes y Oficios, asegura que «la trayectoria de Liébana es la de un luchador continuo a lo largo de toda su vida», llegando a conformar «una personalidad creativa muy singular».

Clementson también destaca el hecho de que el artista «nunca se ha adscrito a ninguna visión concreta, se ha trazado su propio horizonte, llevando a cabo una obra muy personal al margen de lo que se cocía en cada momento, sin verse afectado por las modas en cada una de las fases que ha vivido», que han sido muchas, no solo porque cien años son mucho tiempo, sino porque «es admirable que siga fiel a sus mismos principios de siempre en un permanente estado de creación absolutamente vigente».