El cine independiente estadounidense ha tenido, históricamente, unas solidas plataformas en las que asentarse. La denominada Escuela de Nueva York se fraguó a finales de los años 50 en una ciudad bulliciosa que permitía por igual la obra de Andy Warhol que la de John Cassavetes. Miramax -infausto Harvey Weinstein al margen- produjo en los 90 aquellos filmes que Hollywood no quería ver ni en pintura, y el Sundance Film (instituto de apoyo a nuevos creadores y festival) es una parada indispensable para todo ‘indie’ que se precie. A escala española, el Americana Film Fest se ha consolidado desde hace años como el gran escaparate anual del cine independiente norteamericano, con muestras en Barcelona y Madrid (y en esta nueva edición, por supuesto también 'online').

A partir de este martes y hasta el próximo domingo se desarrolla en distintas salas barcelonesas (Girona, Zumzeig, Phenomena y Filmoteca de Catalunya) una edición que se prolonga en línea a través de Filmin hasta el 14 de marzo. Destaca especialmente la retrospectiva dedicada a Kelly Reirchard (en Filmoteca entre el 9 y 21 de marzo), una de las cineastas radicalmente más independientes del momento, caracterizada por el tono mesurado de sus relatos, las exploraciones cotidianas y el uso de la música (con Yo La Tengo o Will Oldham). De ella se proyectarán seis largometrajes y un corto, entre ellos la maravillosa ‘Wendy and Lucy’, protagonizada por Michelle Williams, y ‘Night moves’, con Dakota Fanning y Jesse Eisenberg.

El festival arranca con ‘El verano de Cody’, filme sobre una mujer que aprende a conocer realmente a su hermana después de la muerte de esta, y que ofrece uno de los últimos trabajos del fallecido Brian Dennehy. Destacan títulos como ‘Buck Alamo’, un relato rural protagonizado por un viejo cantante de country al que da vida Sonny Carl Davis, músico del área de Austin en los años 70 convertido después en actor; ‘Wilcox’, del canadiense Denis Côté, crónica de un viaje hacia ninguna parte realizado sin música y ya reverenciado como sucesor de los experimentos del primer David Lynch; ‘Palm Srpings’, una comedia romántica con toque fantástico; ‘Killing of two lovers’, otro retrato de la América profunda; ‘Shiva baby’, una comedia negra ambientada durante un funeral judío; ‘Summertime’, un filme coral, graffitero y rapero en Los Ángeles, y ‘Sweet thing’, película en blanco y negro de Alexandre Rockwell, cineasta ‘indie’ de pura cepa que debutó a finales de los 80 y que aquí cuenta como actores con sus hijos Lana y Nico.