La lectura de libros en España alcanzó un máximo histórico durante los meses de confinamiento: 57% de lectores frecuentes y 8 horas 25 minutos de lectura a la semana. Es una de las buenas noticias que ha recogido el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros que elabora anualmente la Federación de Gremios de Editores (FGEE) y que ha presentado en Madrid el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes. Además de repasar los datos, ha anunciado que Elvira Lindo sustituirá a Soledad Puértolas como nueva presidenta del Patronato de la Biblioteca Nacional.

2020 fue un año especial a causa de la pandemia, que repercutió en un leve aumento de los porcentajes de lectura, que el 2019 se situaban en un 68,5% y que durante el año pasado alcanzó el 68,8%. Si hace diez años se produjo una auténtica debacle en los índices, estos poco a poco se van recuperando, de manera que se aprecia una subida del 12,3% desde 2010.

Un faro en la tormenta

El estudio arroja algo de esperanza si tenemos en cuenta que después del confinamiento, durante los meses de verano, el porcentaje no se desplomó, sino que fue mayor que el que se había fijado en 2019, situándose en un 53% y con una media de 7 horas y 25 minutos semanales dedicados a la lectura, es decir, 30 minutos más.

"Ha sido un año largo y difícil, y el libro ha jugado un papel relevante en la vida de muchos ciudadanos. Nuestra vida ha cambiado, también los hábitos de consumo, y la lectura ha supuesto para muchos un faro en un tiempo de tormentas y relámpagos, de frustración, desazón y desconcierto", ha dicho Patrici Tixis, presidente en funciones de la FGEE y presidente de la Cambra del Llibre de Catalunya. Según las cifras, al 81% de lectores, leer les ha ayudado a llevar mejor la situación durante el confinamiento.

El incremento de lectores por ocio en tiempo libre ha sido generalizado en todas las comunidades, pero las que más han aumentado, un 2,3 puntos, han sido Catalunya y Andalucía.

El 36% no lee

Sin embargo, todavía existe un gran hándicap que empaña las cifras: un 36% de la población continúa sin leer nunca o casi nunca (el año pasado la cifra todavía era mayor, de un 37,8%). Somos una potencia industrial y editorial, pero no somos una gran potencia lectora, han lamentado los responsables del gremio.

Hay también desequilibrios importantes, pero sobre todo a nivel territorial, ya que la diferencia entre las comunidades más lectoras (Madrid) y menos (Extremadura) es de 20 puntos. En lo que respecta a los grupos de edad, las mujeres siguen salvando las cifras y se mantiene un mayor porcentaje de lectoras de libros en tiempo libre que entre los hombres (un 81,6% frente a un 66,7%). La diferencia aún aumenta más (en un 22%) entre los 45 y los 64 años.

Librería tradicional e internet

A pesar de lo que se podría imaginar, la librería tradicional se mantiene como el principal canal de compra de libros de no texto y crece en 2020 hasta el 71,1%. Le sigue internet, que aumenta significativamente sobre todo en los meses de aislamiento, especialmente entre los 25 y los 44 años.

También crece el formato digital, pero en este apartado uno de los mayores miedos reside en la piratería. Un 39,8% se los descarga de internet pagando, mientras que un 43,7% lo hace ilegalmente.

Los menores

En cuanto a los menores, desciende la lectura de los más pequeños, hasta los seis años, pero crece ligeramente la proporción de niños de 6 a 9 años que leen libros que no son de texto, situándose en un 86,8%, dedicando unas 3 horas y 2 minutos de media a esta tarea. A partir de los 15 años, se reduce notablemente la proporción de lectores frecuentes durante su tiempo libre. Es uno de los problemas más arraigados en la sociedad y que requieren una mayor inversión dentro de las políticas de fomento. De los 10 a los 14, un 79,8%, de los 15 a los 18, un 50,3% y los mayores de 18, un 52,7%.