Aunque ahora está imbuido por el mundo de la televisión, donde presenta en Canal Sur el programa Música para mis oídos, Manuel Lombo no abandona los escenarios y llega mañana a Córdoba para llenar de Navidad el Gran Teatro, un escenario «donde siempre me pasan cosas maravillosas», dice el cantante. Después de recorrer gran parte de la geografía española con el espectáculo Lombo X Bambino durante tres años, ahora gira con el montaje Cantes en diciembre, una cuidada selección de villancicos tradicionales, así como otros compuestos por él, una simbiosis entre el cancionero navideño más popular y su impronta personal que «la gente agradece».

-¿En qué consiste el espectáculo con el que llega mañana a Córdoba?

-Es un compendio de villancicos de los dos discos que he hecho de este género, junto con algún clásico que me ha acompañado toda la vida, todos ellos con un aire muy andaluz y un sonido muy aflamencado.

-Estamos viviendo una rara Navidad. ¿Cree los villancicos pueden aportar un poco de optimismo en estos tiempos de pesadumbre?

-Creo que ahora mismo cualquier tipo de espectáculo es importante. En mi caso, hemos tenido, milagrosamente, una gira muy extensa. Ha sido el año que más conciertos de villancicos he tenido y me he encontrado con que la gente ahora lo agradece y te dice lo importante que es la distracción. Además, está claro que los teatros son lugares seguros, es donde menos nos relajamos en cuanto a la seguridad, es una vía de escape importante y hasta ahora, afortunadamente, no se ha dado ningún contagio en estos recintos.

-Parece que profesionalmente no ha llevado muy mal la pandemia.

-Apenas he suspendido conciertos, porque los que hubo que aplazar los he podido retomar. No he sufrido tanto esta pandemia como otros compañeros.

-Ha aparcado el espectáculo en homenaje a Bambino. ¿Cómo ha sido el recorrido de este montaje?

-Bambino lo hemos alargado tres años de gira, y pasamos por Córdoba con él y con un gran éxito. Puede ser que se vuelva a repetir en alguna ocasión más adelante. Normalmente, no dejo morir un espectáculo y si hay alguien que lo reclama, lo volveremos a hacer. Hay cosas que se convierten en clásicos y no hay que dejar morir.

-¿Qué se le ha pegado de ese heterodoxo y rompedor artista?

-Bambino me ha acompañado desde que tenía 15 años, por lo que no ha sido un artista que haya tenido que estudiar, su música ha estado conmigo siempre y mi intención no fue hacer una imitación, porque es un artista único. Pero, en el fondo, teníamos algunos rasgos parecidos, no en la voz, pero sí en algunos gestos. Con lo que me siento muy identificado es con su manera de elegir las letras, tenía algo especial a la hora de transmitir porque sabia elegir muy bien su repertorio.

-Ha sido uno de los profesores del Área de Cante Flamenco de la Escuela Internacional de Flamenco de la Fundación Cristina Heeren en Sevilla. ¿Sigue con esta labor?

-Este año lo he tenido que dejar porque no lo he podido compaginar con el programa de televisión. Pero sigo yendo por la fundación porque mi vinculación con Cristina Heeren me hace estar en contacto permanente.

-¿Cómo aprendió usted el oficio?

-En esa fundación. Llegué allí en 1999 y tomé clases con Naranjito de Triana, Manuel de la Tomasa, Manuel Soler… Después, unos problemas vocales le dieron un giro a mi vida cuando acudí a Liliana Aracil, una mezosoprano que imparte una técnica que han llevado a cabo, entre otras, Barbara Streisand y Celine Dion. A mí me cambió la vida porque me enseñó a no forzar la voz.

-¿Le gusta la docencia?

-Sí, sobre todo, porque cuando transmites lo que has asimilado sigues aprendiendo, ya que te encuentras con muchas voces. Me entusiasma porque pongo en práctica lo que sé y, a la vez, sigo aprendiendo.

-Córdoba es pionera en enseñanzas flamencas. ¿Cree que se le valora?

-El mundo del flamenco sí lo tiene en cuenta. Y hay una generación que está impulsando mucho que los jóvenes y los niños conozcan el flamenco, una forma de expresión que ha traspasado fronteras y hoy en día es absolutamente internacional. Aunque creo que hay un pequeño fallo a nivel administrativo. Vivimos en un país en el que es fundamental el tema de la titulación, y hay veces que es preferible el conocimiento antes que el título. Quizá esté dando clases gente que no tenga los conocimientos de los maestros que han dejado de darlas.

-Su bagaje ha sido muy especial. 14 años viajando por el mundo con un grupo de coros y danzas. ¿Que aprendió en ese recorrido?

-Absolutamente todo. Aprendí lo que es un escenario, a salir a él completamente impoluto. Yo recuerdo que la directora controlaba hasta el corte de pelo que llevabas. Había una disciplina muy grande. Fue la escuela fundamental en mi carrera.

-¿Qué proyectos nuevos rondan su cabeza?

-Debería ponerme con el disco nuevo. Y espero hacerlo.