El WiZink Center, el recinto en el que el pasado sábado se reunieron casi 5.000 personas para ver en directo el concierto de Navidad de Raphael, aseguró ayer a través de un comunicado que se cumplieron todas las medidas exigidas para la celebración del evento, e incluso, se duplicó el espacio obligatorio entre butacas. El teatro sale al paso, en un comunicado, de la polémica generada en las redes sociales sobre la decisión de celebrar un evento multitudinario en un espacio cerrado cuando se acaban de restringir las reuniones familiares a seis personas de dos núcleos diferentes.

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, también corroboró que el espectáculo se celebró cumpliendo «todas las medidas de seguridad», aunque anunció que, si sube la incidencia del coronavirus, «se suspenderán todos los eventos de las mismas características».

El comunicado de WiZink indica que «se abrió para la ocasión extremando las medidas de seguridad sanitaria para iniciar así la recuperación de la música en vivo, trasladando a la sociedad el mensaje de que la cultura es segura». El concierto recordó a las grandes noches de Raphael en este recinto, aunque la situación provocada por el covid-19 hizo que, salvo su música, todo fuese muy distinto a otras citas del artista de Linares en la capital, entre otras cosas, señala la nota, porque «Raphael hubiese llenado el aforo». Díaz Ayuso, por su parte, declaró ayer a los medios que entiende la «preocupación y el malestar» de la sociedad cuando ve imágenes de un concierto mientras hay restricciones por la pandemia, pero incidió en que se respetaron las normas.