Entre tanta ebullición musical no parece que el swing y el dixie tengan cabida más allá que en los amantes del soul y el jazz, una apreciación que cambiaría radicalmente si se escuchara a esta banda sevillana que lleva doce años sobre los escenarios resucitando, con versiones y composiciones propias, la música americana de los años 20 y 30 del pasado siglo. Paula (que ejerce de portavoz del grupo en esta entrevista) y Marcos Padilla y Helena Amado son las voces de este sexteto, que se completa con Matías Comino (guitarra), Camilo Bosso (contrabajo) y Pablo Cabra (batería).

Su proyecto musical ha ido creciendo y ahora se suben a los escenarios de grandes teatros, siempre inspirados por sus musas, las hermanas Boswell, un conjunto de cantantes armónicas muy desconocido entre sus coetáneos en la década de los años 30 en Nueva Orleans. Esta noche, dentro del festival Qurtubajazz los espectadores del Teatro Góngora vivirán una singular experiencia, ya que, como dice la banda, «el swing transmite alegría de vivir y es ideal en estos tiempos».

-¿Para quién todavía no les conozcan, ¿qué es O’Sister! y cómo surgió esta peculiar banda?

-Somos una banda de swing que lleva 12 años en activo, y surgió como un homenaje a las hermanas Boswell. Escuché un disco de ellas por casualidad y me llamó mucho la atención porque me parecieron unas adelantadas a su tiempo. Después descubrí que fueron pioneras en cantar en armonía cerrada, que es como cantamos nosotros, y así empezó todo. Después fuimos incorporando instrumentos, y a los dos años ya estábamos los seis componentes.

-Empezaron a tocar en un garaje y ahora lo hacen en grandes teatros. ¿Pensaban en sus inicios que alcanzarían el éxito que están cosechando?

-Lo cierto es que no, aunque en aquel momento no pensábamos en la repercusión. De hecho, nació por pura diversión. Nos dio mucha satisfacción ver que funcionaba, que a la gente le llamaba la atención.

-Entre tanta música, ¿por qué cree que hay que escuchar swing?

-La música, sea del estilo que sea, siempre es maravillosa. Pero el swing te transmite alegría de vivir, es ideal en estos tiempos. De hecho, tomó auge en la Gran Depresión, cuando la gente lo estaba pasando fatal y servía como vía de escape. Con la que está cayendo, parece que es la música que nos puede salvar de todo esto. Además, tiene un carácter combativo, desenfadado, y es terapéutico tanto para el que lo hace como el que lo escucha.

-¿Creen que en estos últimos años se está valorando más este género?

-Creo que sí, lo que demuestra que no tiene caducidad y es algo que engancha

-Llegan a Córdoba con un nuevo disco, Nobody care

-Es el segundo disco en el que incorporamos composiciones propias, solo hay una versión. Es un disco muy personal y ha nacido desde lo que teníamos dentro en ese momento. Es el trabajo más maduro de la banda, en el que se nota nuestra trayectoria. Los primeros años fueron más de aprendizaje, de encontrar nuestro lenguaje, y ya lo hemos hallado.

-Hasta el cuarto disco no incorporaron temas propios. ¿Fue una autoexigencia?

-Yo creo que llegó cuando pensamos que estábamos preparados. Nos daba mucho respeto y queríamos estar seguros de que controlábamos lo que hacíamos. A mí me importaba, sobre todo, que el que lo escuchara no notara que no se había compuesto en los años 30, sino ayer. Y creo que eso lo conseguimos.

-¿Cómo han recibido sus seguidores este quinto disco?

-Muy bien, teniendo en cuenta los momentos que vivimos. No hemos podido presentarlo como hubiéramos querido. La gira de presentación era en mayo, así que imagínate. Son tiempos extraños, pero el feedback es bueno, aunque nos da mucha pena no poder darle más rodaje.

-Su música se adentra en los años veinte del siglo pasado. ¿Qué les atrae de esa época, además del sonido?

-Se vivió un periodo de mucha revolución, de libertad, sobre todo entre las mujeres. Empezaban a tomar las riendas de su independencia, se cortaban el pelo, fumaban, se ponían pantalones... En cuanto a la música, había mucha libertad y sentido del humor. A la gente no le importaba reírse de sí misma. Ese espíritu un poco loco nos seducía mucho.

-Uno de sus hitos fue la participación, en el 2014 y como única banda europea invitada, en el festival homenaje a The Boswell Sisters, que tuvo lugar en Nueva Orleans. ¿Cómo fue la experiencia?

-Aquello fue un antes y un después para la banda. Para nosotros fue como un sueño cumplido. No nos podíamos imaginar tocar en la cuna del jazz y, además, invitados por la familia de la banda que nos inspiró. Además, aprendimos mucho de esa experiencia, nos enfrentamos por primera vez con el público americano experto y nos decidimos a crear nuestras propias composiciones.

-¿Se puede vivir haciendo swing en el siglo XXI?

-Se puede, pero con mucho trabajo y esfuerzo.

-¿Cómo será su actuación de esta noche en Córdoba?

-Esperamos que la gente, a pesar de todo, lo disfrute, porque nosotros tenemos muchas ganas. Estamos deseando volver al Teatro Góngora, nos apetece mucho.

-¿Cree que encuentros como el Qurtubajazz son necesarios para mantener vivos estos géneros?

-Sin duda. Toda iniciativa es poca y se agradece mucho. Y ahora organizar cualquier cosa tiene mucho valor, pero también es más necesario que nunca.