Con solo 30 años, Alden Ehrenreich ya ha hecho todo lo que un actor podría desear hacer a lo largo de su carrera. A saber: trabajar con algunos de los más grandes (Coppola, los Coen, Chan-wook), probar a liderar un 'blockbuster' ('Han Solo: Una historia de Star Wars') o protagonizar una serie de prestigio. Esta última es 'Brave new world', adaptación de 'Un mundo feliz', de Aldous Huxley, recién estrenada en Starzplay. Ehrenreich es John el Salvaje, héroe trágico de la novela.

Ha pasado de protagonizar un filme de 'Star wars' a ponerse al frente de una serie. ¿Ya es casi más fácil encontrar roles interesantes en televisión que en cine?

No estoy seguro. Es difícil decirlo. En realidad, creo que categorías como 'película' y 'serie' se confundirán cada vez más en el futuro. Para mí la mayor diferencia consiste en el trabajo con el director. En una serie, muchos directores trabajan para un 'showrunner'. En el cine, el director manda. La relación que puedo establecer es más profunda.

¿Cuál era su relación personal con el libro de Huxley? Leerlo ha sido casi un rito de iniciación entre los adolescentes de varias generaciones.

Yo nunca llegué a leerlo! Tenía dos copias y no lo leí. Sí que había leído algunos ensayos suyos, como 'Las puertas de la percepción', hace mucho tiempo. Gracias a la serie, leí la novela por fin. Y me pareció una brillante indagación sobre hasta dónde nos pueden conducir los instintos humanos.

¿En qué sentido en particular le parece que aún es relevante?

Me llamó la atención esta idea del afán por estar bien todo el tiempo. Sentirse cómodo en todo momento, ya sea a nivel físico, emocional o psicológico. La serie retrata un mundo donde, gracias a unas píldoras, eso es posible. Pero el resultado es que las personas pierden humanidad. La ansiedad, la frustración o la rabia pueden hacer daño, pero esa clase de sentimientos también te hacen humano. Sin ellos no eres quien eres.

Ese futuro ya está aquí: la gente se automedica sin medida o chequea el móvil sin cesar en busca de validación.

Esa es la gran píldora, diría. Nuestra adicción a la tecnología. A unos aparatos y programas que han sido diseñados para absorber toda nuestra atención y engancharnos a ellos.

La serie contiene escenas de sexo solo implícitas en el libro. ¿Le parecía bien, lo veía necesario?

Me inquietó ligeramente, porque no había hecho escenas de sexo en el pasado. Bueno, un poco en mi primera película 'Tetro', de Coppola. Y en 'La excepción a la regla', de Warren Beatty, había un momento en que besaba a una chica y me manchaba la entrepierna. Eso había sido todo. Lo interesante del sexo de esta serie es que sirve para contar la historia. No es un desvío, no es gratuito.

En algunos aspectos podría recordar a los episodios más emocionales de 'Black mirror', y de hecho, los dos primeros capítulos están firmados por un director de dicha serie, Owen Harris. ¿Suelen interesarle las distopías tecnológicas?

No, en realidad no. Me han gustado los episodios de 'Black mirror' que he podido ver, pero no soy fanático de la ciencia ficción o el terror. Como espectador, prefiero el realismo. Y si he de trabajar en una historia de género, quiero que en ella impere el componente humano.

Casi da la sensación de que ha saltado a la tele porque ya había trabajado a las órdenes de todos los grandes del cine.

Desde luego, he tenido la suerte de trabajar con muchos autores que forman parte de la historia. Pero aún tengo que colaborar con muchos otros: gente más joven como Paul Thomas Anderson, Wes Anderson O incluso directores ascendentes de mi generación.

¿Por qué cree que tantos viejos maestros se han interesado por usted?

La respuesta principal es: no lo sé. Pero quizá todo sea porque saben que conozco sus películas y que amo el cine con que ellos aprendieron a hacer cine. Cuando era pequeño, me pirraba el cine clásico. Lo que llegaba a los cines me daba un poco igual.

Cuando se decidió a protagonizar un 'blockbuster', fue uno bastante retro: 'Han Solo: Una historia de Star Wars'. ¿Buena experiencia, en conjunto?

Fue una gran aventura y fue divertido ser parte de algo tan grande. Además, la película ha ganado reputación con el tiempo. Eso me hace feliz. De todos modos, los chavales no leen 'Variety'. Recuerdo cuando criticaban las entregas de Batman de los noventa y yo pensaba: "a mí me gustan, me da igual".

¿Cómo lleva estos días de SARS-CoV-2?

No estoy mal. Estoy en mi casa de Los Ángeles. Ahora mismo trabajo en varios guiones con diferentes guionistas. Uno de ellos lo escribo yo mismo; un corto que quiero dirigir cuando esto acabe. Soy afortunado de tener cosas que hacer. También tengo un cine-club con unos amigos. Estoy buscando la forma de mantener la lucidez.