El agua y una singular infraestructura hidráulica promovida por la Casa de Fernán Núñez, primero condado y después ducado, permitieron a esta población cordobesa anticiparse a la Ilustración, ser el germen de la burguesía y desarrollar una sociedad de progreso singular para su época.

Francisco Manuel Espejo Jiménez (Fernán Núñez -Córdoba- ,1987) lo argumenta en su tesis doctoral defendida en la Universidad de Córdoba, en la que afirma que "el agua es principio de vida y fue el origen y motor de la Casa de Fernán Núñez en Córdoba".

En una conversación con Efe, Espejo, doctor en Patrimonio y licenciado en Humanidades por la Universidad de Córdoba, asegura que el sistema implantado en el municipio de la Campiña cordobesa, alrededor de lo que hoy es el Palacio Ducal, hizo que "gente pobre por primera vez tuviese conciencia de propiedad, aunque la tierra no fuera suya y le permitió cierta riqueza y poder comprar tierras".

A finales del siglo XVII, el tercer conde de Fernán Núñez, Francisco Gutiérrez de los Ríos (1644-1721), "divide en parcelas pequeñas el municipio y lo cede en cesión enfitéutica (perpetua o por largo tiempo y a su vez enajenable y heredable) a sus vasallos para que las pudiesen disfrutar como propiedad, pero en realidad era un alquiler".

El palacio, cuyo origen está en un baluarte para la defensa de la frontera con el reino de Granada, "no sólo va a ser el destino del agua" para regar "el jardín palatino nobiliario más antiguo que se ha conservado en Córdoba", sino que representa "el origen de todo un sistema de abastecimiento al que se suma el agua de las tres fuentes anexas".

El agua del jardín, explica el autor de la tesis que recibió la calificación de cum laude, se acumulaba a las de otras fuentes y de ahí iban al Molino de la Fuente, "junto al que se construyó un batán ligado a una incipiente industria textil en el siglo XVII que se recuperó en el XVIII, llegaba a un embalse ubicado donde hoy está la piscina y a partir de ahí había otros cuatro molinos de manera escalonada que la iban aprovechando sucesivamente, hasta acumularse en una pequeña alberca que la suministraba a las huertas y llegar al arroyo Ventogil!", señala Espejo.

Este entramado hidráulico hizo posible "la aparición de un jardín, una red de infraestructuras industriales y un importante regadío para las huertas locales" por la iniciativa de Francisco Gutiérrez de los Ríos, que "se adelanta cien años a las características de la Ilustración e implanta en Fernán Núñez estas políticas innovadoras europeas, que su nieto, un siglo después, hereda y mejora".

"De hecho, gran parte de lo que es la actual burguesía agraria cordobesa y de Andalucía tiene su origen en Fernán Núñez", sentencia Espejo, que también es grado en Restauración y Conservación y licenciado en Bellas Artes por la de Sevilla.

Carlos José Gutiérrez de los Ríos (1742-1795), el sexto conde de Fernán Núñez y nieto del conocido como "hombre práctico o preilustrado", fue el impulsor de "la gran transformación palatina" tras el terremoto de Lisboa de 1755 y protagonizó la inclusión del estilo neoclásico en Córdoba, reflejo de los ideales de la Ilustración.

En la imagen el palacio ducal donde se desarrollo el motor económico de la localidad. Foto: EFE / RAFA ALCAIDE

Una de las singularidades de la ampliación del palacio por el sexto conde, además de la mejora del sistema hidráulico, fue el método utilizado para lograr la mano de obra. "La mayor parte de sus vasallos -afirma Espejo- tenían las viviendas con techos de paja y entregaba las tejas a préstamo a cambio de mano de obra, lo que se ha transmitido en la tradición popular de que el palacio lo había construido el pueblo". A su juicio, "evidentemente lo construyó el pueblo, a través de este sistema tan inteligente y eficaz del conde de dar trabajo y eliminar los techos de paja que provocan incendios". Según concreta la tesis, existía asimismo "el privilegio de uso gratuito de las canteras del condado por parte de los vecinos para la edificación de sus viviendas".

El palacio, que nunca fue habitado, es de color bermellón por "una malinterpretación en el siglo XIX". Originariamente era rosa, inspirado en el Palacio de las Necesidades de Lisboa, mientras que arquitectónicamente se fija en los de Medinaceli y Lerma.

Para el autor, "la Casa de Fernán Núñez no tiene nada que envidiarle a la de Alba y es una de las más grandes de España, tanto es así que conserva cuatro palacios en el mundo con su nombre" y tiene sus fondos documentales en varios países, además de España, por las funciones de embajadores de sus condes y duques.

Francisco Espejo sostiene en la primera tesis en patrimonio con mención internacional defendida virtualmente en la Universidad cordobesa que el palacio, propiedad municipal desde 1983, sea puesto en valor como centro de interpretación para conocer su historia e identidad.