El camino de regreso (The way back), después de tocar el cielo y el infierno. Así se presenta la vuelta a las pantallas de un actor tan discutido (admirado por algunos -entre los que me cuento- y odiado por otros) como Ben Affleck, con un trabajo indiscutible a la hora de valorarlo en su calidad interpretativa. Gavin O’Connor, su director (responsable de títulos como El contable, Cuestión de honor o Warrior), ha realizado una muy digna película sobre la redención de alguien que, después de haber sido una gran estrella del baloncesto, vive una serie de desgraciadas circunstancias que terminan por empujarle hasta beberse todo lo que se le pone por delante, terminando cada noche empapado en alcohol y encadenando una resaca tras otra, perdidas las ilusiones y sin un sentido claro de vida navega en una desesperada depresión sin fin. Entonces es cuando recibe una oferta que puede cambiarlo todo, aunque temeroso e inseguro aceptará entrenar al equipo del colegio católico donde él mismo estudió y consiguió extraordinarios éxitos. Habrá quien vea en este arranque del relato algo del Campeones de Javier Fesser: entrenador en horas bajas, desastre de equipo... Sin embargo, no tiene nada que ver el resultado ni el género de las producciones, esto no tiene nada de comedia. También habrá quien acuda hasta la sala cinematográfica por el simple morbo de ver a alguien que, debido a sus problemas con el alcohol, ha tenido que ingresar en más de una ocasión en clínicas de rehabilitación (sin ir más lejos, hubo de interrumpirse el rodaje de esta cinta para ello), poniéndose en la piel de un personaje con el mismo problema. Pues bien, lo importante es que estamos ante una película de lo más recomendable. El drama es sólido y verosímil. La interpretación, magnífica y conmovedora. Incluso las secuencias de acción deportiva están rodadas con bastante eficacia. ¿Qué más se puede pedir?

Eso sí, la sobriedad y la tristeza también protagonizan este filme de tono sombrío, aunque se deje ver con facilidad y al final siempre salga el sol tras el temporal.