Hace cinco años, los shows cabareteros y transformistas llegaron a la noche cordobesa de la mano de Antonio Fernández, antiguo gerente de la sala Metrópolis, que, tras el cierre del emblemático escenario, se embarcó en este nuevo proyecto en la sala Glam. Situada en el corazón de la ciudad, concretamente en la calle Alfaros, la alternativa sala, abierta desde 1999, acoge cada viernes espectáculos que recuperan el arte del transformismo, algo que a Fernández le viene de recuerdos como las actuaciones de Sara La Paquera y sus shows en la sala Los Amaya hace más de 40 años. El paso del tiempo ha tratado de muy distinta forma este tipo de espectáculos, muchas veces cercanos a la marginalidad.

Si hablamos de transformismo tenemos que hacer referencia al arte, y más concretamente a la interpretación. El término, acuñado a finales de siglo XIX, se hizo popular en los años 50 y 60 del pasado siglo, cuando a las mujeres se les tenía prohibido actuar y los hombres debían interpretar los personajes femeninos. Esto pasó a ser una forma de ganarse la vida para mucha gente con una expresión de género diferente a su sexo biológico que era marginada por una sociedad donde no se permitía disentir del canon establecido. De la marginalidad, de la lucha contra los estereotipos de género, la desigualdad social y la invisibilización de la comunidad Lgtbi nacieron las drag queens tal y como las conocemos hoy día.

Ahora, en un tiempo nuevo donde las libertades están mucho más aseguradas, estos shows resultan ser un reclamo para todo tipo de público, que no queda reducidos únicamente al colectivo Lgtbi. Si se visita un viernes cualquiera la sala Glam se puede ver cómo la gente allí se reúne en un ambiente festivo, donde disfrutan de artistas como La Prohibida, que el pasado mes de octubre ofreció show y que ahora sigue con su gira a nivel internacional, Chumina Power o Paca Maravillas. Pero no todo son grandes nombres, desde Glam también se potencia a jóvenes promesas que comienzan en el mundo del transformismo, como Drag La Culata o La Torbellino, ambas cordobesas y con un futuro prometedor.

Y si hablamos de jóvenes con futuro prometedor que triunfan en el mundillo a nivel nacional, no se puede olvidar a José Manuel Reina, más conocido como Imperio Reina, que comenzó su andadura profesional en Glam y cinco años después comparte protagonismo con Isabel Pantoja en el videoclip de su último trabajo, Enamoraté.

En definitiva, el transformismo no podemos desvincularlo, en su origen, de la marginalidad a la que estuvo abocado, algo que hoy en día ha cambiado por completo y que ha hecho que el colectivo se empodere. Los espectáculos ahora se reciben como algo divertido y un reclamo más de oferta de ocio y entretenimiento que desde la sala Glam se potencia cada viernes de madrugada.