INTÉRPRETES: Rubito HIjo, al cante, y Paco Cortés, a la guitarra.

LUGAR: Taberna de Las Beatillas.

DÍA: 24 de enero.

Un doble acto nos llevó hasta la peña Fosforito sorteando la lluvia en una noche desapacible pero que congregó a bastantes aficionados que tuvieron ocasión de ver el hermanamiento de esta emblemática peña con el Ateneo de Córdoba, en la que, entre la programación de sus muchas actividades, el flamenco luce de forma destacada.

Desde el obligado intercambio de reconocimientos entre José Gregorio, presidente de la peña, y Antonio Varo, presidente del Ateneo de Córdoba, tuvimos ocasión de escuchar a ese joven cantaor de la Puebla de Cazalla, Rubito Hijo, acompañado a la guitarra del granadino Paco Cortés, sobradamente conocido por estos lares por la frecuencia de sus actuaciones en nuestros escenarios peñísticos. Los dos brillaron en sus respectivas especialidades, aunque alguna que otra voz discrepara levemente en algunos cantes sobre la capacidad fonética del sevillano.

El cante es entrega y conocimiento y el profesional se ve obligado a dar lo mejor de sí mismo y más si lleva años, como en este caso, sin aparecer por aquí. Por eso es disculpable cualquier roce que es solo consecuencia del esfuerzo, entendemos, por sus deseos de quedar bien

Malagueña, petenera, tanguillos de Cádiz, soleá, tangos, seguirilla rematada por cabales, alegrías, una amplia gama de bulerías y unos fandangos de propina fue todo lo que nos ofrecieron este guitarrista y cantaor perfectamente compenetrados durante toda la actuación.

El público valoró su entrega con un aplauso cerrado que dejó traslucir su satisfacción por el recital.