El cantautor y compositor uruguayo Jorge Drexler considera que las canciones son «una variante muy sencilla de los seres vivos» de forma que estas «cambian con lo que va pasando en la historia y a su alrededor». «Muchas veces sobreviven, como lo hacen determinadas especies, mientras otras se pierden», precisa el artista, que actuará hoy junto a la cantaora de flamenco Rocío Márquez, en el festival Flamenco On Fire de Pamplona. Ambos interpretarán su proyecto conjunto, Aquellos puentes sutiles: «Intentamos encontrar esas vinculaciones entre el folclore latinoamericano y el flamenco, que van más allá de lo que se ve en la superficie», explica el músico.

A este respecto, Drexler declara que «soy un enamorado de la parte textual del flamenco»: «Todos hablamos mucho de la música, pero gran parte de lo que cuenta el flamenco está en el lado de los textos también». Y destaca de la onubense su «capacidad intuitiva» y «el conocimiento de su arte y su género desde muchos ángulos, más de lo que son habituales».

En su faceta de compositor, confiesa «no tener ni idea» de dónde nace una canción, aunque sí precisa que para crearla necesita «silencio mental y ocupacional». Y en el proceso, explica, vive un momento en el que sabe que va a terminar esa canción, ya que, tras realizar «un primer planteamiento y tener una idea de hacia dónde puede ir el estribillo», la canción tiene «una vida propia». Entre sus composiciones para películas, obtuvo en el 2005 un Oscar a la mejor canción original en el filme Diarios de motocicleta y un Goya, en el 2011, en la misma categoría, por Que el soneto nos tome por sorpresa, incluida en la banda sonora de la película Lope. A este respecto, indica que cuando escribe para una película no tiene que sostener toda la historia, sino que «la canción es un complemento de otra cosa» y, por tanto, considera que es «más fácil» componer para un filme.

Su último disco, Salvavidas de hielo (2017), fue reconocido como mejor álbum de cantautor, y Telefonía, que también habla sobre la manera de comunicarnos en la actualidad, como mejor canción en la celebración de los Latin Grammy del pasado año. A su juicio, «al ser humano siempre le ha gustado estar en contacto con otro ser humano» y hoy en día eso se ha elevado «a la enésima potencia» y las personas están «hiperconectadas». Como artista, defiende que la música es «una herramienta de comunicación prodigiosa y una máquina de generar empatía».

En este sentido, sostiene que gran parte de los problemas actuales se dan «entre dos facciones»: «Una que siente que el otro y yo, somos uno; y otra parte enfrentada que cree que el otro es el otro». Drexler lamenta también «el descuido del planeta», lo considera «una forma de autolesión» y algo que «solo se entiende mediante la empatía». Por último, celebra «el ingreso de la mujer en estratos de la sociedad a los que no tenía acceso».