Ignoro por qué razón don Benito Pérez Galdós llamó Episodios Nacionales a la obra que le hizo famoso, escrita muchos años después de haber sucedido los acontecimientos narrados. Pero de lo que no me cabe la menor duda es que quiso dejar patente determinados hechos que no debieron pasar desapercibidos a sus contemporáneos. Nada de extraño tiene, por tanto, que rotular de «episodio» un congreso, no persigue otro objetivo que dar cuenta, a modo de crónica, en tiempos de sequía cultural, de una serie de actos que han tenido lugar en un momento o en varios, pero concatenados, y que si no se refirieran, equivaldría a que la memoria del tiempo los hiciera desaparecer del imaginario colectivo abocándolos al sumidero del olvido.

En esta ocasión se han cumplido veinticinco años de un proyecto iniciado en 1995, en una localidad henchida de historia y arte, con el enigmático común denominador del franciscanismo. La localidad es Priego, y su responsable, la Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos. En este lapso de tiempo han sido más de trescientos los estudiosos que han presentado el producto de sus investigaciones en el foro prieguense del antiguo convento de San Francisco, ahora restaurado y puesto en valor y al servicio de la comunidad científica.

En el congreso vigésimo quinto han participado una treintena de autores, naturales de España, Italia, Portugal y Brasil. La ponencia inaugural corrió a cargo del catedrático de la Universidad de Málaga Juan Antonio Sánchez López, que ofreció una magistral visión sobre san Francisco en la Historia del Arte. Del mismo modo, la ponencia de clausura fue dictada por el catedrático de Filología Latina de la Universidad de Córdoba Julián Solana Pujalte, que versó sobre los franciscanos en los Coloquios de Erasmo, obra muy divulgada y bastante controvertida. Y entre la inauguración y la clausura el congreso abundó en temas artísticos y literarios tan sugestivos como fascinantes.

Entre los primeros hay que citar los trabajos sobre arquitectura conventual de Priego, Almería, Palermo, Lisboa y Évora, y Nordeste del Brasil; sobre retablística de Rota; sobre pintura franciscana sevillana; sobre escultura e iconografía de Albacete, Sevilla, Viso del Alcor, Llerena y Carmona, o sobre las manifestaciones artísticas de arquitectura y pintura en la provincia filipina de San Gregorio Magno.

Entre los aspectos literarios hay que destacar la poesía épica El caballero Asisio de fray Gabriel de Mata, la literatura de viajes franciscana, El Sermón de las Aves del gibraltareño español fray Miguel Jerónimo Terrero, la lingüística y la lexicografía, la biografía referida a la santidad de fray Juan de la Puebla, los descalzos de la provincia de San Pedro Alcántara, fray Jerónimo José de Cabra, o al propio San Francisco en la obra de Emilia Pardo Bazán, sin olvidar el género de las coplas de contenido franciscano de los auroros o hermanos de la Aurora, o la provisión de cátedras humanistas en la provincia franciscana de Granada durante el siglo XVIII.

El congreso ha tenido asimismo un componente culinario basado en la obra del lego Juan de Altamiras Nuevo Arte de la Cocina Española (con el asesoramiento de fray Ángel Ramón Serrano y la hispanista Vicky Hayward), plasmada en un menú netamente franciscano, y como ha sido práctica habitual otro componente turístico: la visita al Museo del Anís de la vecina población de Rute, en donde los congresistas fueron recibidos por su anfitrión, Anselmo Córdoba, y el alcalde de la localidad y presidente de la Diputación, Antonio Ruiz.

Como homenaje a todos los investigadores que han participado con sus ponencias y comunicaciones en las veinticinco ediciones congresuales se ha descubierto un vítor colectivo con el nombre de los autores que han contribuido con sus trabajos a la edición de 25 libros de actas, con un total de 17.406 páginas y casi un millar de títulos. E igualmente se ha ilustrado el congreso con una exposición retrospectiva de la cartelería y de las patentes y programas de la efeméride celebrada. El congreso ha finalizado con un concierto de piano y violín, a cargo de los profesores del Conservatorio de Música de Priego Ruth González y Rafael Jurado Ortiz.

Un breve colofón. El doctor Gil Albarracín ha dado fe del cuarto de siglo transcurrido promoviendo y difundiendo con el sello de la AHEF el estudio y la investigación del franciscanismo. Con este último congreso, Priego ha quedado legitimada como ciudad congresual, que es una aspiración capitalina. No existe otra en la que se hayan celebrado tantos encuentros monográficos. Priego constituye, pues, un referente cultural de «episodios franciscanos» con rango internacional, para conocimiento, como ha dicho Fernando Savater, de ese monstruo de mil cabezas que es la opinión pública.