Vive desde hace 20 años en Madrid, pero Córdoba, su tierra, sigue estando muy presente en su vida y trayectoria. Y es en esta ciudad donde vuelve a estrenar su nuevo montaje, Clásico, un espectáculo en el que acude a obras de genios como Mozart, Falla y Astor Piazzola, entre otros muchos, a las que el bailaor imprime su sello flamenco en un nuevo alarde de innovación. La cita tendrá lugar el próximo sábado, a las 20.30 horas, en el Teatro Góngora.

-Dos años después de presentar ‘Reditum’ en Córdoba, vuelve a estrenar su nuevo espectáculo en Córdoba. ¿Es la mejor plaza para usted?

-Reditum fue acogido en Córdoba con mucho cariño, fue punto de partida y me dio suerte. Así que cuando buscábamos dónde estrenar Clásico, yo me empeñé en que fuera en Córdoba, en el Góngora, un teatro que me gusta, rodeado del cariño de toda mi gente. Yo creo que me va a dar la misma suerte que me dio con Reditum .

-‘Clásico’ se inspira en una serie de ilustres autores desde Lorca a Astor Piazzola. ¿Es un homenaje?

-Más que un homenaje, Clásico es una fiesta. Somos siete artistas flamencos que haremos un paseo por grandes autores e intérpretes y por expresiones artísticas que han dado y siguen dando mucho que hablar, que son referentes para nuevas creaciones. Por este montaje pasan autores como Vivaldi, Falla, la Niña de los Peines o Caracol. Vamos a bailarle a poetas como Lorca, Machado y Hernández e, incluso, daremos vida a pinturas, desde Dalí a Romero de Torres. También tiene cabida Piazzola y el tango.

-¿Tiene un hilo conductor este espectáculo?

-El hilo conductor es que son piezas de referencia para todos. En Clásico reúno obras que bailan en nuestra memoria.

-¿Se puede bailar la ‘Marcha Turca’ de Mozart con aires flamencos?

-Nosotros lo hacemos a ritmo de zapateado, y yo lo disfruto muchísimo. En el momento que escuché esa melodía, me encantó. Entre Isaac Muñoz, mi guitarrista de cabecera, y el percusionista Luis Dorado, le fuimos dando forma.

-¿Cómo se da vida a la ‘Saeta’ de Romero de Torres?

-Es un cuadro inspirador, pero tampoco quiero contar muchas cosas más. Además, habrá alguna que otra colaboración sorpresa.

-Siempre le ha gustado innovar. ¿Hay límites?

-El flamenco es un arte libre. Nace de la calle, del pueblo, no se le pueden poner barreras. Yo soy amante del flamenco puro, pero es rico para adaptarse. A mí no me gusta llamarlo fusión, prefiero decir adaptación. Es un arte sin límites, sí.

-¿De quién se hace acompañar y cómo presenta este espectáculo?

-Son unos artistas fenómenos, algunos de ellos cordobeses, como Isaac Muñoz, que, además, ha hecho la adaptación de los temas. Luis Dorado está a la percusión, Paco del Pozo y Sara Corea, al cante; Victor Guadiana, al violín, y Juan Diego Sáez, al saxo. Cada uno de ellos tiene un momento de protagonismo en el espectáculo porque Clásico no soy yo, somos todos. En cuanto a la escenografía, tengo la suerte de contar con Carlos Fajardo, un diseñador de luces que ha trabajado mucho tiempo con Jorge Drexler. Crea unos ambientes de luz que me llevan a otros lugares, a moverme de manera diferente. Me ha aportado mucho a la hora de crear Clásico.