Aunque se presente sin rodeos como "un hombre chapado a la antigua", Eros Ramazzotti concede que "hay que estar en sintonía con los tiempos" y por eso se ha permitido introducirse en las aguas del reguetón en su nuevo disco, Hay vida, de la mano del mismísimo Luis Fonsi, a quien califica como "un amigo y un hermano". El cantante y compositor romano mostrará el trabajo este sábado en el Palau Sant Jordi (21.00 horas).

Que no cunda la alarma: en Hay vida (Vita ce nè en la versión italiana) abundan los medios tiempos comunes en su obra madura, las baladas recogidas y las incursiones uptempo con fibras negras. Canciones de corte clásico como la que da título al disco, que expresa "un eslogan, un deseo, una manera de decir vamos adelante" con un "mensaje de esperanza", explica Ramazzotti a este diario respondiendo un cuestionario por correo electrónico del que se ha abstenido de contestar las preguntas con ingredientes políticos y de dar su opinión sobre el sexismo en el reguetón.

EMPUJE LATINO

Pero este género latino urbano asoma en Por las calles las canciones, su dueto con el puertorriqueño Luis Fonsi, grabado en Miami en un ambiente de "armonía humana y artística instántanea", asegura. Una pieza pensada "para ser un himno" y transmitir un mensaje "de unión y amor", apunta la voz de éxitos como Si bastasen un par de canciones o La cosa más bella. Del reguetón le gusta su aspecto "enérgico y positivo", y destaca a J Balvin como "un pilar y un buen representante de esta música". Los ritmos latinos arrasan en Italia y Ramazzotti dice acogerse a ellos por su "fuerza positiva" y su "poder para llegar a todo el mundo".

Pero, más allá de esta canción y de otra con cadencias tropicales, Una vida nueva, el disco ahonda en un pop adulto entre romántico y filosófico sirviéndose de colaboradores habituales y de un par de letristas significativos: Mogol, cómplice de voces como Mina, Luigi Tenco o, sobre todo, Lucio Battisti, y su hijo Cheope. "Es un privilegio trabajar con un autor que hizo historia en la música italiana, del que cada vez aprendes algo nuevo", destaca. "Pensar en colaborar con el autor de las canciones de un gigante como Lucio Battisti es algo que todavía me emociona".

NOSTALGIA DE LA ERA PRE-VITAL

Después de más de tres décadas de actividad y una quincena de discos, Eros Ramazzotti dice ponerse a prueba con cada proyecto. "Y si la gente se siente bien con mi música, ya es una buena razón para continuar", asegura. Aunque el mundo "va muy rápido", sospecha, "al igual que los pensamientos y las opiniones", y dice sentirse "nostálgico de los tiempos en que todo era más espontáneo y reservado y menos viral".

Hoy pueden coexistir lenguajes musicales emergentes como el trap y un fenómeno retro como el culto a Queen, algo que resulta "positivo", apunta, y sintomático de que "nos estamos abriendo a diferentes estilos sin perder las raíces". Solo una cosa para inalterable: las periódicas visitas de Ramazzotti al Palau Sant Jordi, una decena desde su primera vez, en 1990. "Un local increíble, uno de los primeros en los que actué en la etapa más temprana de mi carrera", punto de anclaje estable de sus giras por España, su "segundo hogar".