La cadena de pago AMC estrena este martes, 30 de octubre, la tercera temporada de 'Into The Badlands' (23.00 horas), producción de corte fantástico que dirige Paco Cabezas (Sevilla, 1978). El director andaluz ya dirigió , que ha conquistado Hollywood y Los Ángeles, donde se codea con los prebostes del celuloide y la televisión (a pesar de ir a los estudios en patinete)ya esguvo al frente de algunos capítulos de la segunda tanda en el 2017, tal como explicó a EL PERIÓDICO.

¿Cómo se gestó su participación en 'Into the badlands'?

Pasó un poco como con 'Penny Dreadful', que marcó el punto de inflexión en mi carrera. Yo hasta esa serie me dedicaba al cine independiente. John Logan vio 'Carne de neón' y le encantó. Eso lo cambió todo. En el momento en que ya empecé a hacer televisión, como es un mundo muy cerrado en el que es difícil entrar, todo salió rodado. Tuve mucha suerte, porque fue como entrar por la puerta grande. En 'Penny Dreadful' dirigí cuatro episodios, entre ellos, el último, como ha sucedido con 'Into the badlands' y 'Dirk Gently'. Al gustar mucho, me empezaron a llegar las ofertas, y la que más me apetecía era la de 'Into the badlands'.

¿Por qué?

Yo entiendo el cine y la televisión como algo que está hecho para disfrutar. Creo que se puede hacer algo dramático y duro, pero en el fondo el espectador te está regalando una hora de su vida. A mí, como niño pequeño que soy en el fondo, me encanta hacer una serie que tenga esos elementos de sangre, violencia, etc., pero que haya peleas de kungfú con cables, tipos volando y hachas cortando cabezas. Con eso me lo paso como un enano.

Parece especializado en capítulos finales de series. ¿Quiere eso decir que confían ciegamente en usted?

No lo sé. Supongo que sí. Espero que sí. A mí me pone la tensión y hacer cosas grandes. Al ser un chico de barrio que se ha criado en un videoclub, considero que este trabajo de contar historias es un privilegio. Tengo obsesión por no repetirme, hacer cosas nuevas. Si lo que me ofrecen es un capítulo con dos personajes hablando todo el tiempo sentados en la mesa, les digo que lo podría hacer, pero que no va a ir nadie a verlo, porque no va a haber una explosión, una pelea con vampiros… He de reconocer que me gusta mucho la espectacularidad y que haya un reto brutal. En las series que he hecho, cuando me he sentado delante del guion siempre he exclamado: «¡Madre de Dios!, ¿cómo hacemos aquí el capítulo final?» Ese reto me encanta.