La música brasileña produjo en el 2002 un raro fenómeno comercial cuyos efectos, aunque un poco mitigados, llegaron a Europa: el primer disco de Tribalistas, alianza espontánea de tres viejos amigos, Marisa Monte, Carlinhos Brown y Arnaldo Antunes, en torno a un cancionero con diáfanos ropajes folk y dinamismo pop. El trío dejó entonces en el aire su continuidad y declinó dar conciertos, pero 15 años después se hizo realidad un segundo disco que, esta vez sí, ha dado pie a una gira que le trae este domingo por primera vez a Barcelona, acogido por el Voll-Damm Festival Internacional de Jazz (Auditori del Fòrum, 20.00 horas).

Tribalistas es el fruto de una red de complicidades que comenzó a tejerse mucho antes de aquel primer trabajo. Somos compañeros desde hace 25 años y empezamos a componer juntos una década antes para discos de unos u otros recuerda Marisa Monte por vía telefónica. Cuando hicimos el primer Tribalistas no salimos de gira porque yo tuve un hijo, recuerda. Quince años después, nos reunimos durante una semana y volvieron a salirnos muchas canciones. El segundo disco, grabado de un modo experimental, nos hizo darnos cuenta de que podíamos plantearnos estar juntos en un escenario.

Trabajo y diversión

En la entrevista con este diario, los tres miembros del grupo están juntos, al otro lado de la línea, en Lisboa, primera cita de la gira europea, y es Carlinhos Brown quien toma acto seguido la palabra (en castellano, mientras que Monte prefiere expresarse en inglés) para recalcar la química existente entre ellos. Cuando estamos juntos no hay diferenciación entre trabajo y diversión. Es como si estuviéramos de vacaciones, haciendo algo libre y divertido en un ejercicio de convivencia con total disponibilidad mental y emocional, explica el que fuera percusionista de Caetano Veloso. El capitalismo no nos ha quitado el placer de trabajar.

Y las individualidades quedan atrás dando forma a una identidad nueva. Tribalistas es como un cuarto artista, apunta Brown. Una bestia creativa que parece estarse componiendo encima todo el tiempo. Hacemos muchas canciones, asiente. Estamos en lo que nosotros llamamos la caja de la fertilidad.

Textos más políticos

Las nuevas suenan un poco más introvertidas que las del primer disco, no creen? Yo diría que ambos trabajos son igual de festivos, aunque el segundo toca temáticas actuales como los refugiados, en Diáspora, o la ocupación de las escuelas en Brasil, en Baião do mundo. Canciones más contundentes respecto a la realidad colectiva, pero también piezas como Um só, sobre las diferencias, con una visión optimista muy propia de Tribalistas. Si en su estreno contaron con Margareth Menezes en la autoría de una de las canciones, la popular Passe em casa, ahora el equipo creativo se ha ampliado en dos piezas con la joven fadista portuguesa Carminho. Con ella comparten, señala Marisa Monte, la voluntad de hacer las cosas a partir de la intuición.

Su concierto coincidirá con una crucial cita electoral en Brasil, la segunda vuelta de los comicios presidenciales, en la que el ultraderechista Jair Bolsonaro lleva ventaja demoscópica al progresista Fernando Haddad. Preocupación? Aquí es Arnaldo Antunes quien habla. Estas elecciones ya no van de elegir un candidato u otro, sino de responder ante una amenaza a la democracia, a las libertades y los derechos humanos. Todo eso está en juego, así como la cultura, la educación, la diversidad, la no violencia, el respeto al medio ambiente Pero, sea cual sea el resultado, seguiremos luchando por lo que creemos bueno para el Brasil, y que no es el fascismo ni la dictadura.