El poeta cordobés Francisco Gálvez vuelve a reunir su poesía, esta vez bajo el título Los rostros del personaje. 1994-2015, una antología que va desde el libro Tránsito (1994) hasta El oro fundido (2015), recogiendo los volúmenes publicados en ese periodo, lo que el autor define como «la segunda etapa de mi obra».

Esta antología la dividen cada uno de los libros, comenzando con Tránsito (1994), que fue premio Anthropos de Poesía en 1993; al que siguen El hilo roto. Poemas del contestador automático (2001), El paseante, Premio Ciudad de Córdoba Ricardo Molina (2005); Asuntos internos (2006) y El oro fundido, el de más largo recorrido.

Aunque es habitual que los autores reúnan su producción cada cierto tiempo, para el poeta cordobés ya han pasado 20 años desde que publicó la primera antología con la intención de «tener mis libros reunidos, ya que siempre hay lectores que quieren acudir a ellos, lo que también revitaliza la obra». Al recopilar estos libros, el autor confiesa que con Tránsito se abre «un camino más propio», y para muchos críticos «es la obra central de mi poesía», reconociendo que, «aunque ninguno de mis libros se parecen, todos llevan el mismo fondo en torno al tiempo, el amor, la muerte, lo que nos ocurre a todos», por lo que, «de alguna manera, me siento reencontrado», dice. «No soy un poeta coherente en el sentido de mantener unos clichés, me guía más cambiar, porque la vida es variable y nosotros también, además de que me apetece hablar de cosas distintas», asegura el poeta respecto a la temática de sus versos.

El próximo martes, el autor presentará esta obra en Cádiz y será en noviembre cuando la de a conocer en Córdoba, pero antes, el próximo lunes, participará en Cosmopoética, donde recitará algo inédito, perteneciente a su siguiente libro, que verá la luz el próximo año.