A través de fondos documentales, bibliográficos y artísticos, la Mezquita Catedral acogerá, del 4 al 28 de octubre, una exposición que recoge la huella y el legado de la Compañía de Jesús en Córdoba y su provincia. Bajo el título Amor a lo visible, la Universidad Loyola Andalucía organiza esta muestra con el objetivo de poner en valor el patrimonio bibliográfico de los colegios de esta orden religiosa en la provincia (especialmente los de Santa Catalina en Córdoba y de la Encarnación en Montilla), fondos que, tras la expulsión de los jesuitas en 1767, ha conservado la biblioteca Diocesana de Córdoba, pero también otras instituciones como el Archivo y la Biblioteca Provincial. Junto a estos documentos, la exposición también dará cobijo a una cuidada selección de piezas artísticas sobre el legado y la historia de la compañía en Córdoba.

La presentación de este nuevo evento cultural ha corrido a cargo del rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá; el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; el dean presidente del Cabildo Catedral de Córdoba, Manuel Pérez Moya; el comisario artístico, Manuel Jesús Roldán, y el comisario de la obra documental, Miguel Ángel Sánchez, destacando este último que entre los testimonios documentales y bibliográficos de la Compañía de Jesús en Córdoba se han seleccionado un total de cuatro manuscritos y quince impresos.

Según explicó Sánchez, entre los primeros figura la escritura de fundación del colegio de Córdoba, que guarda el Archivo Histórico Provincial. A este documento se unen el catálogo de la Biblioteca de Montilla de 1749, «que da una imagen muy buena de cómo era la biblioteca, la clasificación y su disposición», y un manual de a la época sobre gestión bibliotecaria «muy interesante». También se expondrá el inventario que se hizo de la Biblioteca Episcopal de Córdoba tras la expulsión y el expediente de las temporalidades, que recoge el reparto de todos los bienes de los jesuítas, sus tierras, sus piezas artísticas y, por supuesto, sus bibliotecas.

Entre los documentos impresos, continuó Sánchez, figuran libros de San Juan Ávila, «gran promotor de los jesuitas en Córdoba», dos obras de Martín de Roa y una de Ignacio de Loyola de 1563, sumándose a estas joyas bibliográficas tres incunables, entre los que destaca el titulado Institutiones graecae grammaticae-- Venetiis : Aldus Manutius, y un ejemplar de 1563 de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.

EL ARTE // En cuanto a la parte artística, formada por 33 piezas, tienen especial relevancia los retratos de San Ignacio y San Francisco Javier, realizados por el círculo de Murillo en el siglo XVII y pertenecientes a la Residencia del Sagrado Corazón de Sevilla, o un Ecce Homo atribuido a Felipe de Ribas, del siglo XVII y conservado en la iglesia de San Hipólito de Córdoba. También figuran un crucifijo de marfil, una casulla bordada en seda, cuatro tallas y hasta 20 lienzos de los siglos XVI al XVIII, según explicó el comisario artístico.

Durante su intervención, el rector de la Loyola Andalucía recordó que San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, percibió su vida como «un peregrinaje en busca de Dios, y durante ese camino se van dejando huellas», y precisamente «son las que queremos rememorar, lo que, de alguna forma, también es rememorar nuestra propia historia». Siguiendo este rastro, continuó Pérez Alcalá, se visitaron algunas instituciones en busca de material bibliográfico, que es «lo que ahora compartimos», coincidiendo con el 450 aniversario de la muerte de San Juan de Ávila, «que tanta influencia tuvo en el pensamiento de San Ignacio». «Es algo más que un acto cultural, es una reflexión sobre nuestra propia historia y una vuelta a nuestra esencia», concluyó el rector.

Por su parte, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, señaló que esta exposición «va a ser un acontecimiento cultural de primera categoría en nuestra ciudad», no solo por el «contenido sino por el continente», ya que «la Compañía de Jesús ha tenido un influjo enorme en la vida de la Iglesia, no solo desde el punto de vista religioso, sino educativo y humano».