Más de 500 años después, unos 120 vecinos de Pedroche se han unido para reivindicar su historia con la puesta en escena, por vez primera, de Asonada, un montaje en el que se narra la toma y destrucción del castillo que llegó a existir en la localidad -hechos que acontecieron en 1478- por parte de los propios habitantes. El estreno de la obra tuvo lugar anoche y hoy sábado y mañana domingo seguirán las representaciones, a las 22.00 horas.

Con las entradas agotadas desde hace días, el espectáculo teatral cuenta con el atractivo añadido de que la representación se pone en escena en el mismo lugar donde existió la fortaleza, entre la ermita de Santa María del Castillo y la torre de la parroquia, de 56 metros de altura, construida con los restos del castillo.

En ese espacio limitado es donde cobran vida tres escenarios: el central, que, con un efecto giratorio pasa de ser la reunión de los concejos de las Siete Villas a convertirse en la corte de la reina Isabel la Católica, ocupando los escenarios laterales tanto los aposentos del señor de Santa Eufemia, Gonzalo de Mejía, como los del señor del concejo de Córdoba, Alfonso de Aguilar, ambos enfrentados por mantener o lograr el control de Pedroche.

Asonada es una obra llena de ritmo, de hora y media de duración, en la que el director, Emilio Escribano, que ha adaptado el texto escrito en el 2009 por Carlos Boves, logra una trama que entretiene al público, con situaciones dramáticas y otras algo más divertidas, y con el momento culminante y más sobrecogedor de la destrucción, que el director resuelve con la proyección de un intenso vídeo mapping en la torre, mientras los actores se dirigen con antorchas a acabar con el símbolo de su sometimiento.

Entre los detalles de la obra, se encuentran la recuperación de los bancos en los que se reunían los concejos de las Siete Villas; el de la recepción de la reina a los vecinos quejosos por los abusos y la tiranía de la nobleza, que, incluso, impone el derecho de pernada; la narración del escudado, que interpreta Fernando Martínez y que relata que «Pedroche será la piedra en el zapato» de Gonzalo de Mejía; las advertencias de las consecuencias de la destrucción por el escribano y el jurado, así como las del clero, a través de un cura, y los debates sobre los pros y contras de la decisión a tomar y que desemboca en el grito común de que «en Pedroche somos libres antes que vasallos».

Pese a reconocer la reina que «el poder desmesurado de la nobleza es otra lepra» y así se lo advierte a su secretaria, Doña Elvira, la Corte intenta que impere el orden público, aunque no puede parar el levantamiento tumultuoso que acaba con el castillo.

Entre los papeles principales, a la reina la interpreta Marga Moreno; José Antonio Torres es Alfonso de Aguilar, José Antonio Rubio se mete en la piel de Gonzalo de Mejía, Francisco Rubio hace del jurado Juan Ruiz y Antonio José González encarna al escribano Simón Pérez. El alcalde de Pedroche, Santiago Ruiz, destacó ayer que la obra «es fruto del interés de situar al pueblo, a su historia y a su patrimonio en el puesto que merecen», a la vez que lamentó que haya muchas personas que se han quedado sin entrada al contarse con un graderío de unas 350 personas por día debido a la limitación de espacio que impone el lugar de la representación.

Por su parte, Escribano subrayó que han sido muchos meses de preparativos y ensayos «y todos los que han intervenido lo único que cobran es el aplauso del público». Un grupo de mujeres costureras ha hecho el vestuario, a la vez que se ha cuidado el atrezzo de las armas o cascos. También destaca el grupo de niños que aparece en escena o el guiño a la fiesta local de los Piostros mediante la presencia en escena de varios jinetes de la asociación Pedroche a Caballo. La obra está organizada y patrocinada por el Ayuntamiento, con el apoyo de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno, Adroches, la Mancomunidad y la Diputación.