La Historia y el Arte fueron dos de los grandes ejes que marcaron la segunda y más intensa jornada del Primer Congreso Internacional de Cultura Mozárabe, que ha reunido en Córdoba a más de 650 participantes y a algunos de los mejores expertos del mundo en este tema y, además, todas sus temáticas científicas: Historia, antropología, teología, arqueología, literatura, liturgia, arte, música...

Incluso, en el capítulo de las relaciones entre creencias (un tema perfectamente actual que se adentra en la geopolítica mundial de nuestros días) la primera de las 11 ponencias de ayer, a cargo del jesuita Samir Khalil Samir, del Pontificio Instituto Oriental, desmitificó algunos aspectos del desencuentro entre lo cristiano y lo musulmán, aunque destacando aspectos teológicos de base que explican situaciones actuales: «En el Evangelio, toda la violencia la asume Jesús en la Cruz», señaló ayer el investigador.

HISTORIA Y PENSAMIENTO / También en la mañana de ayer, el doctor Emilio González Ferrín, en su ponencia Mártires de Córdoba, defendió poner en contexto la realidad de los mozárabes en su época, sin juzgarla con los paradigmas actuales, bajo los cuales no es entendible. De hecho, el martirio buscado por San Eulogio habría sido, antes que nada, un signo de rebeldía y de llamada de atención ante la relajación moral de la propia comunidad mozárabe de la época.

Conclusiones para tener en cuenta, e igualmente sorprendentes más allá del aspecto científico de sus intervenciones, también las aportaron el doctor de la Universidad de Cádiz Rafael Sánchez Saus, coincidiendo en profundizar en el momento histórico en el que en Córdoba mártires mozárabes buscaron su propio martirio.

Por su parte, la mesa redonda en la que intervino, entre otros, el catedrático Gabriel Ruiz Cabrero, sirvió para adentrarse en las raíces del arte mozárabe e, incluso, reivindicar el típico arco de herradura como legado tan visigodo como mozárabe. además de pertenecer a un lenguaje arquitectónico puramente hispano.

El ocaso de las comunidades mozárabes tras la intolerancia religiosa que impuso la invasión almorávide, en torno al 1030, centró la comparecencia de la doctora de la Universidad de Sevilla Gloria Lora, mientras que la literatura y la lengua fueron el eje de la ponencia de la profesora de la Universidad Complutense Ana Belén Sánchez Prieto.

Por la tarde, la liturgia, de mano de Juan Pablo Rubio Sardá (del Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo), junto con el arte y la arqueología, a través de las ponencias de las doctoras María Ángeles Raya, de la UCO, y Alexandra Chavarría (de la Universidad de Padua), centraron el programa científico. Una tarde en la que también tuvo su papel la música con la mesa sobre canto gregoriano, con Féliz M. Arocena y Eduardo Paniagua, y posteriormente la música que acompañó el Lucernarium y el concierto de música hispano-vidigótica, que dirigió Juan Carlos Asensio Palacios.