La Biblioteca Central de Córdoba, que celebra este año una década en el edificio de Lepanto, ha sido protagonista de una sorpresa: el feliz hallazgo de una obra del Padre Martín de Roa de 1598 entre su rico fondo bibliográfico. Se trata de un libro, impreso además en Córdoba por Andrés Barrera, en el que el jesuita cordobés hace una suerte de advocación o ruego al obispo de la época, Francisco Reinoso. «Lo teníamos desde hace mucho tiempo pero no lo sabíamos», comenta enigmático Rafael Ruiz, director de la biblioteca.

¿Y cómo puede ocurrir eso, un hallazgo de ese tipo, en la era de internet? Pues han sido varias las causas. Por un lado, explica el director, cuando se hizo cargo de la biblioteca una de las máximas que aplicó fue que «todo el mundo conociera lo que teníamos», para lo que tuvo que elaborarse un inventario. Entonces ni siquiera existía un catálogo de fondos, apenas había fichas de las obras y las que había estaban escritas incluso a mano. Después de inventariarla se ha procedido, estos años, a la catalogación de las obras. Precisamente en esa labor de catalogación debe enmarcarse el feliz hallazgo. Además, y he aquí otra de las causas, durante mucho tiempo en las bibliotecas se usó como método de preservación de obras pequeñas la encuadernación en libros conjuntos (facticios), que agrupaban varias por tamaños. Ahí estaba la de Martín de Roa, junta a otras de parecida extensión, «durmiendo el sueño de los justos». Una última casualidad, el error en el tecleo de una cifra la fechó en 1958 en lugar de 1598. «Ha bailado el 9 con el 5 y nos han cambiado 400 años de sitio», bromea Ruiz.

De hecho, Oratio ad Franciscvum de Reinoso Episcopvm cordobensem (que así se llama) es «la segunda obra impresa más antigua que tenemos en Córdoba». La importancia del hallazgo radica no solo en que es una publicación del siglo XVI --«casi tan importante como un incunable»--, sino que además fue escrito y editado en Córdoba. El opúsculo hallado no es el único ejemplar que existe, ya que al menos hay, que se sepa, otro más en la Universidad de Granada, que puede consultarse en internet porque está digitalizado.