En la Biblioteca Municipal de Castro del Río se celebra hasta mañana el Congreso Cervantes desde Andalucía 1547-2016, para analizar la relación entre Miguel de Cervantes y Andalucía. El encuentro reúne a los más importantes cervantistas de universidades de la geografía nacional y continental, organizado por la Diputación, Universidad y Ayuntamiento de Castro del Río.

El alcalde de Castro, José Luis Caravaca, dijo que «este congreso, será un buen momento para recordar el porqué de Villa Cervantina y cómo Castilla del Pino vio con claridad el sentido del mismo. El coloquio internacional celebrado en Castro en el otoño de 1993 dejó las actas de la prestigiosa revista americana y nos legaron la construcción del personaje en la obra cervantina.

En la sesión de la mañana no faltaron las referencias a Córdoba y Castro del Río. Así, Ignacio García (UCO) detalló el tratamiento de Cervantes a Córdoba, a través de la imagen tópica (con connotaciones claramente negativas) que esta tenía en la época, con la comunicación. «Agujeros del Potro, locos apedreadores y otras cordobesías cervantinas». Adrián Sáez (Université de Neuchâtel) identificó el giro que el escritor proyecta en el personaje de Pedro de Urdemalas y la desviación de la estructura habitual que este representa; y Patricia Marín (Universidad de Burgos) indicó las similitudes entre Rufo y Cervantes y reincidió en la figura de Ascanio Colonna, determinante en el círculo de escritores emergentes del momento.

Pedro Ruiz Pérez, catedrático de Literatura de la UCO, indicó que Cervantes, «leído desde hoy, podría resultar transgresor entendiendo las normas habituales. El concepto de transgresión es un concepto moderno. El modelo de todos los artistas era la imitación. De ahí partían». Las conferencias principales han estado a cargo de Flavia Gherardi, de la Universidad de Napoles, y Marina Mestre, de Lyon, con la ponencia El ingenio de Don Quijote. Flavia Gherardi ofreció la ponencia Entre las riberas del Tajo y las apartadas del famoso Sebeto, que trató sobre el entorno literario e intelectual de la Galatea, una obra que consideró «la más aburrida de Cervantes». Se habló de la relación con la Arcadía en una obra donde se cantan lamentos de amor o cantos con un tono melancólico. «Es el lugar de la poesía por antonomasia pero ya no hay lugar para el canto de los pastores, de las musas. Es una declaración de desconfianza en el tópico», dijo.