Sully

Manuel Ángel Jiménez

Manuel Ángel Jiménez

Alguien me preguntaba el otro día, como suele ocurrirme de vez en cuando, por algo interesante que se pudiera ver en los cines de nuestra ciudad. Yo, a bote pronto, sugerí la última de Clint Eastwood, y el demandante se extrañó, porque este director, parece ser, ha apoyado públicamente durante la campaña electoral al recién elegido presidente de EEUU. Yo pensé que cuando voy al cine no veo al cineasta ni sus ideas, sino la película que ha realizado; que aún sé separar obra de autor. Y que, además, me suelen gustar todas las producciones que firma este cineasta, de los pocos clásicos que aún nos quedan, como también me ocurre con Woody Allen desde hace tanto tiempo. Pero, como digo, lo pensé. Simplemente.

El título del filme alude directamente a su protagonista (Chesley Sullemberger Sully), un piloto aeronáutico que se vio obligado en 2009 a amerizar en pleno río Hudson su aeronave, ya que nada más despegar, una bandada de pájaros se cruzó incendiando los motores, sin tiempo para regresar al aeropuerto y teniendo que decidir en un breve espacio de tiempo la opción a tomar, al límite, con 155 pasajeros y un puñado de tripulantes cuyas vidas estaban en juego. La acción se sitúa en la noche siguiente al rescate, las dudas afloran y las presiones por parte de las aseguradoras empiezan a hacer de las suyas y el personaje que interpreta con suma contención Tom Hanks sufre los efectos secundarios de lo vivido. Mientras para la sociedad es todo un héroe, las autoridades buscan cualquier detalle que pueda echar por tierra la profesionalidad del comandante, que sólo aspiraba a hacer las cosas bien, siempre cumplidor de su deber, sometiéndole a un tenso juicio. El biopic se convierte en un drama narrado con inteligente claridad gracias al uso de saltos al pasado, recurso que nos permite acceder a la información con dosis muy medidas. Un relato sobre la consciencia de un héroe de carne y hueso.

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