Juan Goytisolo está considerado un "interlocutor entre la cultura europea y la islámica"; no en vano, vive en Marraquech desde los años ochenta. Pero antes, sus pasos le llevaron a Estados Unidos, donde dio clases en California, Boston y Nueva York. Ha sido en Marraquech donde el escritor recibió de Wert la noticia del premio, según explicó el ministro, que señaló que el flamante Cervantes 2014 no se encontraba ayer en muy buenas condiciones físicas, aunque "por un resfriado, nada serio".

Goytisolo lleva una vida nómada y universal que también se refleja en su literatura. Carlos Fuentes le consideraba como "uno de los mejores escritores del mundo", y él mismo se ha clasificado como alguien "anómalo como todo creador" y de "nacionalidad cervantina".

Con este fallo se ha cumplido de nuevo la tradición no escrita que reparte alternativamente el galardón entre Latinoamérica y España, después de que en el 2013 lo ganara la mexicana Elena Poniatowska. La escritora mexicana, miembro del jurado que concedió el premio, dijo que Goytisolo es un hombre en el que se puede confiar "por su autenticidad".

"Es a veces tan auténtico como la duquesa de Alba", bromeó Poniatowska, que rememoró una visita que hizo con Goytisolo a unas pirámides de México y tras la que el premiado le comentó: "Es más difícil subir a las pirámides que una noche de amor". Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, aseguró ayer que "ya era hora" de que le dieran el premio porque "fue un gran renovador de la novela de los años cincuenta".