Carmen Maura recogió emocionada el domingo el Premio Donostia con el que el Festival de Cine San Sebastián reconoce su "sólida y espectacular" carrera y ha dicho que, como primera española que lo recibe, espera haber abierto el camino a otras compañeras de las que se siente "muy orgullosa".

El público que llenaba esta noche el auditorio del Kursaal ha recibido y despedido en pie, y con un largo aplauso, a esta intérprete madrileña, de 68 años, que todavía "va a dar muchísimo que hablar".

Lo aseguraba Álex de la Iglesia, que la ha vuelto a dirigir en 'La brujas de Zugarramurdi' y que ha sido el encargado de entregarle el premio acompañado por Mario Casas y Hugo Silva, dos de los actores de este filme, que se presenta en la Sección Oficial del certamen fuera de concurso y con cuya proyección se cerrará la velada hacia la medianoche.

"Nos queda la mejor Carmen, la Carmen del futuro y por eso la hemos dado este premio", afirmaba el realizador bilbaíno, que ha llegado al Kursaal junto a los intérpretes de su película.

Carmen Maura, que lucía un vestido negro de tirantes y un foulard color crema, ha salido al escenario "nerviosa", aunque ha contenido la emoción que temía que la desbordara porque últimamente está "muy blandengue", según confesaba por la mañana en rueda de prensa.

Ha hecho algo que dice que no suele al recoger un premio y es dedicarlo. Sus padres y sus dos hijos han sido los destinatarios por ser quienes han "sufrido las consecuencias" de su decisión de ser actriz.

Y ha expresado su agradecimiento al Zinemaldia por un galardón que la satisface especialmente, por el cariño que siente hacia un Festival al que acudió por primera vez cuando era mucho menos conocida y cuando el certamen era mucho más pequeño.

"Siento una emoción muy especial. Desde que llegué he sentido el cariño de la gente, que me ha felicitado con una alegría que me ha llegado al alma", ha destacado.