Cuatro meses y medio después de que el parisino François Ozon le arrebatara la Concha de Oro de San Sebastián al bilbaíno Pablo Berger, Blancanieves salió ayer por la puerta grande de los Goya y se coronó como la mejor película española del 2012 en una gala reivindicativa en la que, sin embargo, no apareció el fantasma del No a la guerra versión No a los recortes . Y eso que Eva Hache empezó la ceremonia armada con un fusil con el que disparó contra todos: desde la Casa del Rey hasta los recortes en Educación y el aumento del IVA, asunto por el que el un durísimo presidente de la Academia exigió al Gobierno que fuera sabio y rectificara.

El aumento impositivo es, en opinión de Enrique González Macho, un "grandísimo eror". Al igual que dejar que RTVE se deteriore, que la piratería campe a sus anchas, y que el canon digital esté en terreno de nadie. "El cine no pertenece a ningún partido político. No es de los de la zeja ni de los del bigote", recalcó el máximo responsable de la Academia. Ante el chaparrón oficial, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, puso cara de circunstancia. Especialmente al ver cómo algunos de los asistentes bromeaban con los sobres (del PP) o lucían pegatinas con la palabra No (No a los recortes ).

Muda y en blanco y negro, Blancanieves se impuso a un megataquillazo (Lo imposible ), un thriller con nervio (Grupo 7 ), y una hermosa reflexión sobre la creación artística (El artista y la modelo ). Los 10 cabezones que recibió el filme de Berger sirven para bendecir a un director con mucho talento que cocina sus proyectos a fuego lento. Tanto que solo tiene dos películas: Blancanieves , donde traslada la literatura de los hermanos Grimm a la España torera de los años 20, y Toremolinos 73 , comedia negra que también daba la vuelta a los estereotipos hispanos. Torremolinos fue un taquillazo (hasta tuvo un remake chino). Blancanieves es una película excepcional que debería haber sido otro taquillazo, pero se ha quedado en 155.000 espectadores, cifra digna para los tiempos que corren pero discreta y a la que, seguro, el Goya ayudará a subir. Lo merece.

COMO EN EL 2007 Aunque cuatro eran las películas que competían por el máximo galardón, las apuestas estaban entre Blancanieves y Lo imposible . El voto de los académicos repitió lo que sucedió en los Goya del 2007 cuando un novel Bayona, con muchas posibilidades de salir triunfador, vio cómo Jaime Rosales le arrebata el cabezón a la mejor película. En aquella ocasión, fue una sorpresa mayúscula. Nadie esperaba que la emotiva y personalísima cinta de Rosales se impusiera a un gigante como El orfanato . La situación, sin embargo, no es equiparable con la de anoche porque Blancanieves (que no es ni mucho menos una película de bajo presupuesto) sí que tenía muchas posiblidades de conquistar el Goya. Y, de hecho, fue la película que los académicos escogieron para representar a España en los Oscar de Hollywood, una carrera en la que, al final, no venció.

Lo imposible , que ha tenido 18 millones de espectadores en todos los países donde se ha estrenado, no se fue de vacío. Conquistó premios técnicos, como montaje, sonido y dirección de producción. Pero Blancanives se llevó los más golosos (incluido mejor película, director, guion original, actriz revelación para Macarena García y protagonista para Maribel Verdú). Fue Verdú precisamente la que hizo una de las hazañas de la noche al vencer a Naomi Watts. "Yo me quedo con el Goya y espero que ella gane el Oscar", dijo la actriz madrileña, que dedicó su cabezón a los españoles "que están perdiendo sus casas y sus vidas por un sistema en el que roban a los pobres para dárselo a los ricos".

Huyendo de la política, Berger dedicó uno de sus premios a todos los padres que cuentan cuentos a sus hijos cada noche. Y él miró al cielo y se lo dedicó a los suyos, que también lo hacían cuando él era pequeño.

Mientras, El artista y la modelo sí que se fue de vacío mientras que la cuarta favorita, Grupo 7 , se conformó con el galardón a dos actores: Joaquín Núñez y Julián Villagrán. Otro que también salió vencedor de la velada fueron José Sacristán, mejor actor por El muerto y ser feliz . No fue el caso (y mira que tenía papeletas) de Paco León, que vio como su experimento familiar y cinematográfico Carmina o revienta se quedó sin ningún premio.