Tras publicar tres libros, Santiago Auserón vuelve a la labor editorial con El ritmo perdido (Península), una aventura literaria en la que el artista inicia una búsqueda de la herencia negra en la historia de la canción española a través del ritmo "perdido y borrado" de la memoria. Su tesis es que la música negra ha estado presente en la cultura española más tiempo del que los manuales y las investigaciones han demostrado hasta ahora. Según manifestó, este libro, al que ha dedicado "parte" de su "insomnio", trata de averiguar "algo más sobre nosotros y nuestro pasado". El impacto que la música afroamericana causó en la juventud española motivó al músico a averiguar la razón de esa necesidad expresiva y si esa "predisposición anímica" era fruto de una "trama del inconsciente que había estado preparándose durante siglos". A su juicio, este libro llega a "algo que no ha llegado la musicología española". Una carencia, afirma, que le ha animado a introducirse en los rastros del ritmo en la literatura y la música españolas.