José Luis Garci es un director que va por libre, al margen de modas e imposiciones de cualquier tipo. Quizás por ello suele dividir a público y crítica entre admiradores y detractores, aunque últimamente predominen estos últimos. Y así donde unos vemos nostalgia y estética decadente otros verán los efectos de la polilla. Posiblemente, su amor al cine clásico esté por delante de todo lo demás. Ahora se nos presenta recuperando a ese dúo de personajes que creó Sir Arthur Conan Doyle y trasladándolos al Madrid de Galdós y compañía, una idea que se le ocurrió cuando paseaba con Eduardo Torres Dulce; el guión, firmado por el mismo realizador junto a Andrea Tenuta y M Sanromán, inventa situaciones de lo más curioso (anécdotas como el cocido madrileño que se comen en el mejor local del foro, la aparición de personajes históricos como Albéniz o el citado Galdós --a quién da vida Carlos Hipólito-- entre otros de la época-) y nos propone un caso de asesinatos, al estilo de un tal Jack el destripador, que no supone otra cosa que la excusa para que Sherlock Holmes y su ayudante visiten la capital del reino y el director nos la ilustre en forma de guía turística, regresando en el tiempo como hacía Allen en 'Medianoche en París', aunque de manera más castiza. Pero si ha habido últimamente alguna que otra adaptación de Holmes al celuloide en forma de gran producción con efectos especiales y espectaculares secuencias de acción, seguro que Garci no las ha tenido en cuenta, antes supongo que habrá revisado la versión de Billy Wilder que tituló 'La vida privada de Sherlock Holmes'.

Los actores que componen el reparto están más que a la altura, comenzando por Gary Piquer (que da el tipo de ese Holmes que muchos tenemos en la cabeza) y José Luis García Pérez, sin dejarme atrás a la cordobesa Macarena Gómez, que borda su papel junto a Víctor Clavijo.