El pasado viernes expiró el protocolo firmado entre la Universidad de Córdoba y Pilar Citoler para que la colección de arte contemporáneo Circa XX se quede en nuestra ciudad, un protocolo al que la UCO ha animado a sumarse reiteradamente al resto de instituciones públicas presentes en el Patronato de la Fundación Córdoba Ciudad Cultura --Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Diputación Provincial--. Ninguna lo ha hecho, si bien se han mostrado dispuestas a negociar. Esta situación, en la que nunca se da el paso definitivo, en la que siempre falta algo, ha llevado en reiteradas ocasiones a la coleccionista Pilar Citoler a mostrar su desánimo e incluso manifestar que estaba dispuesta a cancelar su "compromiso con Córdoba" y retirar el ofrecimiento de su obra a la ciudad. Sin embargo, la paciencia de esta mujer es casi infinita y su disposición al diálogo, total. Lo que la desanima, fundamentalmente, es que no se tomen decisiones, que siempre haya algo que impida seguir adelante, que la espera se eternice. Este año, por ejemplo, cuando se celebró el 23 de febrero la primera reunión para abordar el tema, todas las instituciones se mostraron de acuerdo en resolverlo y se dijo muy alegremente que el futuro de la colección se concretaría en un mes, sin tener en cuenta que las elecciones autonómicas ya estaban ahí y que, posteriormente, pasaría mucho tiempo hasta que se configurara el organigrama de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, cosa que aún no ha ocurrido.

Reunión con el alcalde

Así las cosas, Pilar Citoler --cuya historia de amor con esta ciudad comenzó en 2005, cuando se expusieron parte de sus fondos en la Sala Puerta Nueva, según nos recordaba el jueves en un artículo en este periódico el vicerrector de Cultura, Manuel Torres-- va observando cómo la historia se dilata y su paciencia se agota. No se cortan, sin embargo, sus relaciones con las autoridades cordobesas y el 15 de mayo mantiene una reunión con el alcalde, José Antonio Nieto, en presencia del vicerrector de Cultura de la Universidad, su gran valedora en todo este proceso.

A continuación, el día 23, el alcalde le envía una carta en la que le dice que "como máximo representante del Ayuntamiento de la ciudad, te muestro mi más profundo interés en que la citada colección (Circa XX) sea un elemento fundamental en la oferta cultural de la ciudad". Pilar Citoler le contesta "agradeciéndole su amabilidad e interés", pero señalándole al mismo tiempo que "necesitaba datos concretos" para prorrogar el plazo dado a las instituciones cordobesas --el 15 de junio, día en que expiraba su protocolo con la UCO-- para que se pronunciasen sobre su colección. "Si no había un paso, si no había un avance, ya lo daría por terminado", le manifestó al alcalde, a lo que este respondió enviando una carta al consejero de Cultura, su delegado provincial en Córdoba, la presidenta de la Diputación, el rector de la UCO y el presidente de la Fundación Cajasur, para que, antes del día 15, mostrasen su interés y compromiso con el proyecto. En vista de esto --y de que la Junta aún debe concluir la configuración del organigrama de la Consejería de Cultura y ya quedaba muy poco para el día 15-- Pilar Citoler alarga hasta el 30 de junio el plazo para que se pronuncien las instituciones, mostrándose dispuesta, si se le pide con argumentos, a alargar esta prórroga otros 15 días. Finalmente, el día 15 tan solo había contestado la Universidad a la carta del alcalde, aunque tanto la Diputación Provincial como la Junta están dispuestas a negociar y consideran que el nuevo plazo abra muchas posibilidades.

¿Se resolverá la situación en 15 días si no se ha hecho en meses e incluso años? Por ahora, solo cabe esperar a que la Junta de Andalucía designe los cargos que han de negociar, luego fijar una reunión y en ella resolver los dos grandes escollos: el precio y la ubicación. El precio --por ahora, todo es negociable-- está fijado en 200.000 euros anuales en 20 años, es decir, cuatro millones, el 40% de su valor total, más de 10 millones de euros. La ubicación está por fijar: mientras Citoler y la Universidad apuestan por el futuro centro de arte contemporáneo C4, la Junta se niega a ello y ofrece el Teatro Cómico Principal tras su adaptación. En cualquier caso, todo es negociable y si hay voluntad se puede llegar a un acuerdo. Lo que está claro es que hay que negociar, ver si la colección interesa, establecer un precio justo si es así y fijar el pago, si se puede, que esa es otra, dada la situación de crisis. Pero ya, sin dilatar más el debate inútilmente.