NACIO EN CORDOBA (1964)

ACTIVIDAD PROFESOR TITULAR DE LITERATURA ESPAÑOLA DE LA UCO Y EXPERTO EN LA FIGURA DE GONGORA

Joaquín Roses seguía ayer en Madrid, en la Biblioteca Nacional, en el acto inaugural de la exposición Góngora: La estrella inextinguible. Magnitud estética y universo contemporáneo , que estará abierta hasta el 19 de agosto, y con la que se cierran los actos del 450 aniversario del nacimiento del más grande poeta del Siglo de Oro. Asistieron la directora de la Biblioteca Nacional, Glòria Pérez-Salmerón; la presidenta de Acción Cultural Española (AC/E), organizadora de la muestra, M Teresa Lizaranzu, y el responsable de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Miguel Moreno Calderón. En un receso de la ajetreada jornada, el profesor habla por teléfono con CORDOBA.

--¿Es esta exposición el reconocimiento más importante, o el más completo, que se ha hecho a la figura de Luis de Góngora?

--El máximo reconocimiento fue en noviembre, con el primer congreso internacional, que se celebró en el Rectorado de la Universidad de Córdoba. El segundo, si se mira desde el punto de vista de acontecimiento cultural, es éste, porque nunca se le había dedicado una exposición en exclusiva, ni a él ni a otros grandes autores.

--Usted es uno de los mayores expertos en el poeta. ¿Con qué criterio preparó la muestra?

--Son varios. El primero, incluir el fondo documental más importante de manuscritos y ediciones que contienen la obra de Góngora. El segundo, que hubiera no solo documentos, sino obra plástica, en la que la joya es el retrato de Velazquez llegado desde Boston. Y no solo la perspectiva histórica, sino los mitos (por ejemplo, los pastoriles, representados con objetos, instrumentos musicales...), y la repercusión de sus grandes obras, como Polifemo o las Soledades , basadas en la mitología, con lienzos procedentes de Italia, Francia, Holanda y el Museo del Prado. Y la parte del siglo XX, porque Góngora no solo es importante en el siglo XVII, sino por su repercusión en sus lectores del siglo XX. Hemos recogido manuscritos de García Lorca, Cernuda y Alberti, partituras de Manuel de Falla, grabados de Picasso, y otras obras más contemporáneas que se relacionan conceptualmente con algunos motivos de la poesía de Góngora.

--¿Y qué prefiere?

--No me siento obligado a elegir. Hay piezas muy destacadas, muchas, como el retrato de Velázquez. Ya lo había visto en Boston, pero eso no le quita emoción al verlo colgado. Pero nunca había visto un dibujo de Córdoba de 1567, cuando Góngora tenía 6 años, una pieza impresionante que está en un museo de Londres. O los tres grandes manuscritos, muy importantes desde el punto de vista de la historia literaria (el manuscrito Chacón, el Estrada y el Iriarte). Y hay 20 o treinta más.

--Ha conseguido, con su descubridora, Amelia de Paz, guardar durante seis meses el secreto del hallazgo del nuevo manuscrito, en el que denuncia la vida licenciosa del inquisidor Alonso Jiménez de Reynoso. Esto da un tinte casi novelesco a la exposición.

--En el congreso internacional (del que estoy preparando las actas y se publicarán en otoño) Amelia de Paz dio una conferencia. Después, ya en Madrid, cosas de la fortuna y de que esta investigadora lleva años investigando la biografía de Góngora, me escribió un e-mail informándome de lo que había encontrado. Fue muy emocionante. Nos planteamos aprovechar que la exposición iba a hacerse en Madrid para hacer las gestiones oportunas y que Acción Cultural Española editara el facsímil junto con el catálogo, para hacerlo coincidir. Ha sido difícil guardar el secreto durante seis meses, pero lo hemos conseguido. Es importante, porque no se descubría un autógrafo de Góngora desde el siglo XIX.

--Vamos a repetir antiguas reivindicaciones. ¿Qué debe hacer Córdoba por Góngora?

--Estoy harto de decirlo, llevo más de 12 años. Soy responsable de un grupo de investigación, Góngora y el gongorismo , he hecho 10 foros de debate en la Diputación, se han sacado los libros y están en las bibliotecas de medio mundo, y ya el máximo que se podía hacer era el congreso de noviembre y esta exposición. Y eso se ha hecho sin que exista un Centro Internacional de Estudios Gongorinos o como se le quiera llamar. Por mi parte estoy satisfecho, pero me parece que desentona un poco que la ciudad haya tenido este proyecto ahí pendiente y le hayan estado dando vueltas unos partidos y otros durante más de una década. ¿Qué se puede hacer? Pues animarse. Yo sé que no son buenos tiempos, por la crisis, pero si en la ciudad y en la provincia hay fundaciones y centros de investigación de poetas que son notables, pero no están a la altura de Góngora, clama al cielo que Góngora no lo tenga. Claro, el localismo es así, que no ve lo que tiene más cerca, pero estamos hablando de un poeta universal.

--Es famosa la dificultad de leer a Góngora... ¿Qué recomendaría a un principiante?

--Si es un lector que ha leído poesía de cualquier época, yo le recomendaría una antología muy completa, la de Antonio Carreira en la editorial Crítica.

--Estos actos públicos permiten derribar algunos falsos mitos sobre el poeta, como su enemistad con Quevedo o su carácter pesimista.

--Los tópicos son muy difíciles de derribar, se repiten de un manual de literatura a otro, pero no tienen sustento alguno. Quevedo prácticamente no publicó su poesía en vida, era un prosista, y había una diferencia generacional, tenía 19 años menos que Góngora. Y tampoco le cuadran a Góngora esas sombras del barroco y de la muerte, era un escritor vitalista, elogiaba el amor profano.

--No se me enfade, pero... ¿Bautizamos la Estación del AVE con el nombre de Góngora?

--Si jugamos a estas cosas y lo esencial no se hace, no sirve para nada, da igual que se llame Góngora, Juan de Mena o Séneca. Personalmente, me encantaría, pero lo importante es otra cosa: hay que mimar a nuestros grandes creadores, y el más grande de todos en Córdoba es Góngora.