Es un tema abordado en raras ocasiones en el cine, pero el austriaco Michael Haneke nos obliga a enfrentarnos con una realidad que nos ocurrirá a todos. El director presentó ayer en Cannes la bella y devastadora Amour . La película cuenta la historia de un matrimonio anciano, ambos profesores de música, que disfrutan de una jubilación cómoda en París cuando Anne, interpretada por Emmanuelle Riva, sufre una apoplejía. "Es una película muy potente y es un filme muy sobrio. Podría parecer casi un documental sobre este hecho terrible y muy doloroso", comentó Riva. "Es tremendamente sencilla, y por ser tan sencilla es tan poderosa", añadió la actriz.

El marido de Anne, Georges, interpretado por Jean-Louis Trintignant, lucha admirablemente para adaptarse a una situación en la que Anne se deteriora. Pero Haneke se prodiga en mostrar la tristeza y banalidad de la rutina diaria que define su nueva vida. Secuencias como en las que Georges ayuda a Anne a salir de la cama y ponerla en silla de ruedas, trasladan al espectador a ese mundo en el que dolorosamente somos conscientes de que la muerte está cerca.

El pase de prensa previo al estreno de la película en la alfombra roja hubo lágrimas, y a juzgar por las reacciones, Haneke se convierte en serio aspirante a la Palma de Oro, el máximo galardón del festival. Haneke convenció al veterano actor Trintignant, de 81 años, para que abandonara su jubilación e interpretara a Georges.