El Archivo Histórico de Viana, que gestiona en Córdoba la Fundación Cajasur, está catalogado como Tesoro Documental y Bibliográfico de la Nación y aspira a ser uno de los archivos nobiliarios de referencia en España. Ahora, tras "una inversión de casi dos millones de euros" y años de trabajo dedicados a su catalogación y digitalización para ponerlo a disposición de los investigadores, ya está listo para afrontar un nuevo reto, lograr "su máxima difusión en internet".

El director de la Fundación Cajasur, Angel Cañadilla, ha recordado que el archivo, ubicado físicamente en el Palacio de Viana, "ya está a disposición de los investigadores", teniendo ahora Cajasur la pretensión de, una vez que concluya el proyecto museológico y museográfico del Palacio de Viana, "llevar a cabo actividades de difusión del Archivo Histórico".

Se le dará así "un dinamismo mayor" a un patrimonio que está compuesto por dos fondos documentales, el Fondo Viana y el Fondo Torres Cabrera. Solo el primero de ellos está integrado por más de 300.000 documentos, contenidos en 714 legajos y 131 cajas de zinc, que se distribuyen a lo largo de 191,26 metros lineales, con extremos cronológicos situados entre los años 1119 y 1980 y que reúne documentación inédita de 20 títulos nobiliarios y 40 señoríos jurisdiccionales, con referencias a 25 provincias españolas, más Italia, América y Norte de Africa, lo que lo convierte en el segundo archivo histórico más importante de Andalucía, tras el de Medinaceli. Este tesoro documental se quiere abrir al mundo académico, en cualquier punto del planeta, a través de internet, aunque para hacerlo posible, según ha detallado Cañadilla, "tenemos que ver la forma de que, estando en internet, no se corrompa o banalice". La idea es introducirlo "en catálogos integrados, a nivel andaluz y nacional, para que los investigadores, aunque estén en la Patagonia, tengan acceso de una forma controlada, pero ágil y desde fuera del Palacio de Viana" a los documentos digitalizados.

El Archivo de Viana contiene legajos, pergaminos, testamentos, expedientes de propiedad, partidas sacramentales y obras pías, además de otros documentos que conforman el que, a la postre, es un archivo nobiliario virgen, ya que alberga documentación inédita sobre la que se pueden realizar estudios, desde la Edad Media hasta la Edad Contemporánea, de España en general y de una forma más particular de más de 20 provincias, en su actual configuración. El documento más antiguo conservado data del año 1119 y se refiere a la concesión que hace la reina Urraca de Castilla de un pueblo llamado Olmos de Serrato a unos nobles, como recompensa por servicios prestados. Ese pueblo pasó a ser propiedad de un monasterio, que, a su vez, pasó a depender del Señorío de Torquemada que fue heredado después por los propietarios del Palacio de Viana.