La película Haywire , dirigida por Steven Soderbergh y con Antonio Banderas en el reparto, y La chispa de la vida , de Alex de la Iglesia, aligeraron ayer la intensa jornada asiática de la Berlinale, que incluyó una lección del mejor cine chino de la mano de Wang Quan'an. Haywire , una película de ritmo trepidante sobre una agente al servicio de los EEUU a la que se le dispara el gen asesino, y La chispa de la vida , ambas fuera de concurso, acapararon la atención mediática, mientras que Wang dominó la sección a competición con Bai Lu Yuan (White deer plain ), un recital de cine épico y visual.

Un Banderas de densa y canosa barba, a las órdenes de Soderbergh, con Gina Carano repartiendo contundentes mazazos como maestra en artes marciales, junto a un reparto de lujo con Ewan McGregor y Michael Douglas, era el pre-anunciado plato fuerte del día. Alex de la Iglesia demostró, por su parte, que su La 'Kispa' de la vida --como pronuncia cualquier berlinés la palabra chispa-- también provoca llenos totales en una sala alemana, como fue el caso del pase de prensa del filme, a rebosar, pese a no estar entre los aspirantes a Oso, sino en la sección Berlinale Special.

La kispa contaba con el reclamo de Salma Hayek, una de las estrellas internacionales más codiciadas del festival, lo mismo que Banderas, al que se esperaba ver sobre la alfombra roja, como al equipo al completo de Alex de la Iglesia para el pase de la noche.

Los dos filmes a exhibición dieron brío mediático a la jornada, mientras más de uno se acomodaba con cierto temor en la butaca, ante los 188 minutos de duración del filme de Wang.