A Whitney Houston se la esperaba el sábado en la fiesta de apertitivo de los premios Grammys que había preparado en el hotel Beverly Hilton el productor Clive Davis, el hombre que la descubrió cantando junto a su madre en un club de Nueva York hace casi tres décadas. Pero nunca llegó a salir de su habitación de ese mismo hotel. Mientras la prensa, las estrellas y los fans se arremolinaban en la calle, alguien llamó a los servicios de emergencia. Eran las 15.43 horas, poco menos de media hora después de que su madre hubiera hablado con ella por teléfono sin notar nada extraño. Los paramédicos la encontraron sumergida en la bañera.

Houston tenía 48 años y las causas de su muerte todavía se desconocen. Según la policía de Beverly Hills, no se encontró "ninguna prueba de comportamiento temerario ni una señal clara de la causa de su muerte". Y el motivo oficial podría demorarse varias semanas, porque si fueron las drogas o el alcohol las que apagaron su voz privilegiada, los resultados de los exámenes toxicológicos no suelen hacerse públicos antes de seis semanas. Su fallecimiento ha conmocionado a la industria musical, que se disponía anoche a homenajearla durante la ceremonia de los Grammys que tantas veces se rindieron a su talento. "Será algo respetuoso. No queremos que sea excesivamente emocional porque es demasiado pronto, todo está demasiado fresco", según el productor de la gala, Ken Ehrlich.

La inestabilidad que presidió los últimos años de su vida, marcados por las drogas y los traumas matrimoniales, también parece haber guiado sus últimos días. El jueves cantó por última vez en una fiesta en nombre de Kelly Price, una de las nominadas a los Grammys, donde acudió acompañada de su hija Bobbi Kristina Brown, de 19 años. Pero durante la velada tuvo un altercado con la cantante y finalista de un programa de cazatalentos, Stacy Francis. Las fotos de aquella noche la muestran saliendo de la fiesta despeinada, nerviosa y con cortes en las piernas y las muñecas. Menos tumultuosa fue la noche del viernes, que según la revista TMZ , pasó bebiendo junto a unos amigos en el bar del Beverly Hilton.