LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO SEVILLA, 1978

TRAYECTORIA HA GRABADO CINCO DISCOS, EL ULTIMO SALDRA EN MARZO

El temperamento y la fuerza de Falete llegan mañana al escenario de la discoteca cordobesa La Posada de Babylonia, en cuyo escenario interpretará un espectáculo íntimo y cercano solo acompañado de un piano. Hijo de una familia de artistas --su padre era miembro del grupo Cantores de Híspalis--, comenzó a pisar las tablas siendo casi un niño y desde entonces ha conseguido un prestigio que sus mediáticos líos amorosos no han podido solapar.

--¿En qué va a consistir el espectáculo que ofrecerá mañana en Córdoba?

--Es un espectáculo muy íntimo y cercano en el que canto solo con la compañía de un piano. Hay flamenco, copla, baladas, boleros, rancheras... de todo. También interviene un bailaor, Sergio González, que hace un par de números, y se une a mí al final del espectáculo. Pinta divinamente, ¿no?

--¿Vive la vida tan intensamente como en el escenario?

--Totalmente. Algunas veces me he excedido al vivir de esa forma, pero el Falete artista y el de andar por casa somos la misma persona, con el mismo corazón y la misma mala y buena leche.

--Usted mismo ha dicho que la copla es un género muy masoquista. ¿No se cansa de tanto dramatismo?

--No. Me he dado cuenta de que en la copla no todo es drama, dolor o desamor. La copla es la verdad de la vida, bueno, en realidad, cualquier canción.

--La copla se ha revitalizado mucho en los últimos años. ¿Qué ha tenido que ver Falete, al que llaman el renovador del género?

--Yo no he hecho nada, no intento innovar, pero hago las canciones a mi manera, con la influencia de mis referentes: Lola Flores, Rocío Jurado y Bambino.

--Siempre ha sido un género conservador y tradicional, hasta el punto de que no se admitían tendencias sexuales diferentes. ¿Qué ha cambiado?

--No lo sé, pero de todas maneras la copla siempre ha sido muy mariquita, muy de los mariquitas, y no podemos olvidar que los grandes compositores de las letras han sido homosexuales.

--De todas maneras, las letras son muy machistas. Las mujeres son las que sufren, lloran y callan.

--Hay que conocer la historia de algunos autores de copla y en qué tiempo se escribieron esas letras. Es la mujer la que sufre porque hubo un tiempo en el que un hombre no podía decir que sufría por otro. Te puedo garantizar que en ese momento el autor pensaba en ese pedazo de tío del que se había enamorado, al que no podía decirle te quiero, como, afortunadamente hoy se puede hacer.

--Le encantan las versiones de los clásicos, pero, ¿con cuál siente vértigo al cantar?

--Lo sentí con Tatuaje , de Concha Piquer. Yo no quería cantarla porque no quería estropear un clásico tan importante. Al final fue una de las que más me gustó. Me puse completamente en el papel del marinero.

--¿Hay que creerse lo que uno canta?

--Completamente. Yo pienso que las canciones no hay que cantarlas, sino contarlas.

--¿Qué significa cantar, o contar, a Manuel Alejandro o a Pablo Milanés?

--¡Uf! Mucho, mucho. Es un logro, un éxito, un honor.