La conferencia inaugural del congreso contó con una figura de excepción, Pablo García Baena, superviviente de un grupo poético y de una revista, Cántico , emparentados por estética y sonoridad con el universo barroco del vate culterano. García Baena, "fiel a las enseñanzas de don Luis como maestro de la musicalidad y la perfección", en palabras de Joaquín Roses, que lo presentó, eligió como tema Dos monstruos andaluces: Góngora y Picasso , y a unirlos en literatura y arte dedicó una intervención que fue pura prosa poética. Con ella describió los lugares de la infancia de Góngora e informó de los antepasados cordobeses de Picasso, en los que se funden un apellido torero, Fuentes, y varios santos ("Picasso fue puro beato angélico del color", dijo). Pero, sobre todo, el premio Príncipe de Asturias centró su discurso en el libro 20 sonetos de Góngora / Picasso , editado en París en 1948 (aunque él manejó la edición española del 2004). En el libro el pintor malagueño pone su genio al servicio de los versos gongorinos, inventándose a un Góngora "más verdadero y humano", según García Baena.