Amalia Avia, una de las representantes de la pintura realista de las últimas décadas en España, y viuda del artista Lucio Muñoz, ha muerto en Madrid tras padecer una larga enfermedad, ha informado hoy la galería Marlborough de Madrid.

La artista nació en Santa Cruz de la Zarza (Toledo) el 23 de abril de 1926, pero desarrolló buena parte de su carrera artística en Madrid, ciudad en la que se inspiró y que copió, sobre todo sus calles.

Avia, que recibirá sepultura en el Cementerio civil de Madrid, donde reposan los restos de su marido, comenzó su carrera pictórica realista en los años 50, en el estudio de Eduardo Peña, en Madrid. En ese período amplió su círculo de amistades y conoció a posteriores compañeros de generación como Esperanza Parada, Antonio López, Julio López Hernández y, sobre todo, a Lucio Muñoz, con quien se casó en 1960.

Su primera exposición se celebró en 1959 en la galería Fernando Fe, de Madrid, pero cinco años más tarde pasó a ser artista de las míticas galerías Juana Mordó y Biosca, hasta que en 1993 se vinculó con la galería Juan Gris, también de Madrid. Amalia Avia ha participado en numerosas exposiciones dedicadas al realismo pictórico en España desde la segunda mitad del siglo XX.

La pintora estuvo vinculada con el grupo de pintores realistas de Madrid como Antonio López, Julio López Hernández, María Moreno, Isabel Quintanilla o Francisco López Hernández.

En 1992, la Casa de las Alhajas de Madrid acogió la muestra "Otra Realidad: compañeros en Madrid", que da fe de esa generación de artistas que surge en torno a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en la que también están representados pintores abstractos como Lucio Muñoz, Joaquín Ramo o Enrique Gran. El Ayuntamiento de Madrid expuso una retrospectiva de la carrera de Amalia Avia en 1997 en el Centro Cultural de la Villa y le concedió la medalla del Mérito Artístico.

En 2004, Amalia Avia publicó en el libro "De puertas adentro" sus memorias (Taurus, 2004), que reflejan su vida llena de contrastes, con una infancia y primera juventud marcadas por la tragedia de la guerra y una segunda etapa feliz en el entorno del mundo del arte. Su pintura siempre realista y al principio figurativa abordó temas preferentemente urbanos, sobre todo de Madrid.

Las calles, las fachadas de edificios, comercios y garajes de Madrid han sido retratados por la pintora, que en general se fijaba en lugares que dejaban ver la huella del tiempo, en ocasiones viejos y desconchados. Las figuras humanas fueron objeto de su interés al principio de su carrera, pero progresivamente fueron desapareciendo a favor de las calles y los edificios. Numerosos escritores de primer nivel en España han escrito sobre la obra de Amalia Avia, entre otros Camilo José Cela, Francisco Umbral y Francisco Nieva, así como los expertos en arte Juan Manuel Bonet y Francisco Calvo Serraller.

Cela la denominó "la pintora de las ausencias", la amarga cronista del "por aquí pasó la vida", y Nieva habló de una "melancolía barojiana", refiriéndose a su pintura.