El escritor cordobés Pablo García Baena destacó ayer la "abundante poesía religiosa" que hay en la obra de los componentes del grupo Cántico --al que él perteneció--, durante la conferencia que ofreció ayer en la ermita de la Candelaria. El poeta aseguró que este tema ha sido siempre muy "debatido" y analizó diferentes posturas como las de Antonio Tovar, catedrático de la Universidad de Salamanca, o Guillermo Carnero, autor del libro El grupo Cántico de Córdoba . "Carnero decía que los poemas religiosos de Cántico eran un relato en el que se podía prescindir de lo religioso en sí y quedarse en estampas bíblicas o evangélicas", dijo García Baena, que añadió que en esta tesis también ahondó Luis Antonio de Villena, mientras que otros autores como Víctor García de la Concha, por ejemplo, "no pensaban así". Aunque con posturas diferentes, lo que sí dejó ayer claro el escritor cordobés fue la "importancia" de esta poesía.

"Estos días hemos hablado mucho de Juan Bernier, un poeta indudablemente religioso, aunque no fuera un creyente ni un observador de los dogmas, pero entabla una especie de diálogo con la divinidad, ese Dios desconocido", continuó García Baena, que recalcó que hay una "impresionante" cantidad de poemas religiosos en todos los poetas de Cántico. El poeta escogió ayer para su conferencia versos relacionados con la Semana Santa y Cuaresma, leyendo dos de cada uno de los poetas de Cántico, de los que el más religioso, según el conferenciante, fue "sin duda" Ricardo Molina, que, además de versos también escribió el libro Salmos , dedicado íntegramente a la religiosidad.