Flamenco viene del Sur

Cante: José Menese.

Guitarra: Antonio Carrión.

Lugar: Gran Teatro de Córdoba

Nos causó grata sorpresa ver el patio de butacas del Gran Teatro lleno para ver al cantaor de la Puebla de Cazalla. Indudablemente, a pesar del tiempo transcurrido, José Menese tiene todavía un apreciable poder de convocatoria y sus espaciadas actuaciones en la ciudad justifican con creces esta expectación.

Venía con ganas de agradar, consciente de que el formato clásico que presentó complacería al público que lo sigue y valora desde hace décadas y que salió con el regusto de haberlo escuchado, si no en la máxima plenitud de sus facultades, hay que tener en cuenta el paso del tiempo y que físicamente venía algo mermado por un reciente accidente doméstico, sí entregado con rotundidad en la trabajosa ejecución de su repertorio, que abrió con el romance gongorino por tonás Amarrado al duro banco , que cuenta las penalidades de un forzado "quejándose al ronco son del remo y de la cadena".

Creímos que las letras del que fue su mentor, Francisco Moreno Galván, iban a ser uno de los rasgos destacados de su actuación, al menos para contentar a muchos aficionados que en su día se engancharon a su estética, entre otras razones, por el contenido social que encierran. Pero no fue así salvo en las últimas estrofas de la mariana, ya que en el resto de su recital recurrió a las letras de siempre, a las tradicionales tan frecuentemente oídas. No obstante el taranto, la farruca, la petenera, la soleá y la seguirilla, especialmente esta última, pusieron de manifiesto por qué sigue ocupando un lugar hegemónico en esto del cante, aunque, naturalmente, ya no es posible verlo en la plenitud del Concurso Nacional de Córdoba, cuando en el año 1965 se alzó con el Premio Tomas El Nitri que tanto le ayudó en la consolidación de su carrera.

La guitarra de Antonio Carrión, de viril pulgar y falsetas antiguas de Niño Ricardo, Melchor de Marchena y Diego del Gastor, es la idónea para plegarse a la expresión de este veterano cantaor hondo y fiel a sus principios contra viento y marea.