Javier Latorre y Philippe Donnier, un valenciano y un francés que se enamoraron del flamenco al llegar a Córdoba; el primero, hace veinte años y el segundo, a finales de la década de los sesenta. Eso es lo que hace a este arte universal y sin fronteras, cuyas sólidas raíces nunca se perderán aunque otras tendencias más contemporáneas se cuelen en su alma. Eso es lo que propone Javier Latorre y yo estoy deseando que llegue julio para verlo.