Desconfiando de la supuesta eficacia y flexibilidad del contenedor neutro y universal adoptado comúnmente para la concepción arquitectónica de los centros de arte, el proyecto de los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano se vincula al lugar y la memoria de la ciudad en la que se ubica a través de una reinterpretación de la arquitectura islámica. Nieto y Sobejano han concebido un edificio que es estructura, en torno a una calle principal que, a modo de zoco, da paso a los diferentes talleres, laboratorios y espacios de producción e investigación que se desarrollan en el interior del edificio.