La película 2012 , en la que China juega un papel crucial para salvar a la humanidad de la mayor catástrofe jamás filmada, ha causado una enorme sensación y generado grandes elogios en el país asiático, poco acostumbrado a asumir el papel de "bueno" en las superproducciones de Hollywood.

El filme de Roland Emmerich se ha convertido en uno de los más taquilleros del año en el país asiático (unos 30 millones de dólares recaudados en los diez primeros días de estreno).