Carlota Alvarez-Basso rebosaba felicidad al ver a los artistas en los patios, pero sobre todo a los periodistas venidos de Madrid para cubrir la información. Los vecinos también estaban felices, sobre todo una señora de la calle Parras cuyo sueño se lo hizo realidad Nedko Solakov, que le trajo a su patio a Fernando Tejero y se lo grabó. Pero lo mejor de todo era ver a los representantes de las instituciones en pleno. Esa unión simbólica de apoyo a la capitalidad pocas veces se ha visto aquí, y ahora es momento de demostrar que van a arrimar el hombro.