Es difícil comprender cómo el Consorcio de Turismo ha limpiado de un plumazo la actividad teatral veraniega, que a tanta gente atraía y servía para mantener viva la presencia de los patios en la memoria de los cordobeses fuera del típico mes de mayo. Ahora que se pretende conseguir que los patios se conviertan en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no parece el momento oportuno para eliminar el festival teatral, aunque la idea la ha salvado en buena medida Cajasur.