Volver a rodar en su ciudad natal, Roma, ha sido para la intérprete Aitana Sánchez-Gijón tener la ciudad a totalmente bajo sus pies. La actriz se mueve a gusto en este escenario natural a las órdenes del joven realizador italiano Silvio Muccino en su ópera prima, Háblame de amor , donde ella es una madura mujer que enseña a seducir a un joven de 25 años y termina seducida por él.

La película, que se estrena mañana en las salas comerciales tras un año de éxito en Italia, muestra varios cosas, según la actriz española. "Es algo más que una historia de amor; es también de una historia de soledades compartidas, de dos personas que se han encerrado en un cascarón", comentó ayer Aitana Sánchez-Gijón a un grupo de periodistas, durante la presentación del largometraje de Silvio Muccino.

MUJER MARCADA Aitana Sánchez-Gijón da vida a Nicole, una mujer de unos 40 años --ella los cumplió hace seis meses y ya acumula 25 de carrera--, marcada por la muerte del amor de su vida que no encuentra satisfacción en el acomodado mundo que le rodea. Por un accidente casual, conoce a Sasha --papel que interpreta Muccino, también guionista y coautor del libro en que está basado el filme--, un joven cuyos padres murieron de sobredosis y que tampopco se termina de encontrar cómodo en su mundo. La ingenuidad de su edad le lleva a pedir a Nicole que le enseñe a seducir a la mujer que desea.

"No es una simple historia de amor italiana", afirmó la intérprete. "Es un melodrama con aroma francés, en el que no falta el amor y su lado oscuro", añadió. De su personaje le interesó sobre todo el "contraste" entre un joven "muy al límite" y la "madurez" de la mujer, al que su alumno de seducción le sale "aventajado y respondón".

Su relación con el realizador, conocido por su participación en la cinta de éxito Manuale d´amore , transcurrió en un ambiente de gran compenetración que traspasa la pantalla. Además, la actriz española rodó en italiano.

DIRECTOR EXIGENTE A Aitana le dejó gratamente sorprendida la "sabiduría y dominio" de Silvio Muccino y su "alto nivel de exigencia".

"Era implacable con todos los detalles, pero no con una arrogancia juvenil, sino por su facilidad para manejar el encuadre, la luz y los actores", explica. El reto, del que ha salido airosamente, es narrar una historia de personajes "complejos" sin "caer en el estereotipo", subraya Aitana Sánchez Gijón.