El médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, quedó en libertad y libre de sospecha tras el interrogatorio de tres horas al que le sometió la policía, según informaron ayer sus representantes.

La portavoz del doctor, Miranda Sevcik, aseguró que Murray respondió a "todas y cada una de las preguntas" realizadas por los agentes que trabajan por esclarecer los motivos de la repentina muerte del cantante de la que éste médico fue testigo presencial. "Ayudó a identificar las circunstancias alrededor de la muerte del icono del pop y clarificar las inconsistencias", añadió Sevcik.

Una de esas preguntas que para la familia del artista siguen sin respuesta es por qué estaba Jackson en la cama en el momento en el que tenía que realizársele la reanimación cardiopulmonar, según quedó registrado en la llamada de auxilio hecha a los servicios de emergencia desde la casa del llamado Rey del pop .

Esa maniobra debe efectuarse con el cuerpo de la persona sobre una superficie dura, un conocimiento que para la familia de Jackson se presupone en un médico, especialmente cuando es cardiólogo, y que ha hecho que mantengan sus dudas sobre la actuación de Murray.

"Los investigadores dijeron que el doctor no es de ninguna manera un sospechoso y que continúa como testigo de esta tragedia. Murray continuará cooperando totalmente con las autoridades y pide que todos mantengamos a la familia de Jackson en nuestras oraciones", manifestó Sevcik.

Según fuentes del diario Los Angeles Times , los agentes no hallaron motivos de alarma para dudar de la praxis del doctor de Michael Jackson que sugirieran que se habría cometido algún tipo de delito alrededor del suceso. En un comunicado, la policía de Los Angeles se limitó a comentar que Murray "contactó voluntariamente" con los agentes que llevan el caso, quienes realizaron una "extensa entrevista" al doctor en la tarde del sábado. "Murray fue cooperativo y proveyó de información que será de ayuda", dijo la policía. El artista Michael Jackson murió el pasado jueves 25 de junio tras sufrir una parada cardíaca en su domicilio del lujoso barrio de Bel Air, en Los Angeles, y posteriormente fue traslado a un hospital cercano, donde se le intentó reanimar durante más de una hora sin éxito.