Sus esculturas forman parte del paisaje urbano de ciudades como Zurich, Annecy, París, Luxemburgo y Caracas. En 1981, recibió el Premio Oficial de las Artes y las Letras de Francia; más tarde, en 1984, fue galardonado con el Premio Nacional de las Artes Plásticas de España y en 1985, con el Premio de Castilla y León de las Artes. En su escultura, con los años, la forma se estiliza hasta rayar en lo abstracto, sin perder su origen eminentemente figurativo. Destacado miembro de la vanguardia histórica, la evolución de su obra se caracteriza por una trayectoria personal que busca la pureza de los volúmenes.