Es reconfortante volver a ver en movimiento el Paseo de Córdoba, que como siga así se va a llamar en breve el Paseo del Arte. Se empezó con Ripollés, que coincidió con otra posterior de José Manuel Belmonte en la vecina estación de trenes, y ahora continúa con una nueva muestra de Baltasar Lobo. Ojalá nuestras autoridades culturales se abran mucho más a actividades de este tipo y esa zona se convierta en una galería artística al aire libre. Hay muchos artistas dispuesto a mostrar su obra. Y eso le da mucha categoría cultural a Córdoba.